Hace dos meses, en Borriol, William era un cadáver. Perdió un par de balones, falló un par de pases, racaneó un par de esfuerzos y se levantó en la grada ese tipo murmullo que no presagia nada bueno. Carne para la picadora: los buitres salivaban mientras revoloteaban el campo del Palmar. Pero todo cambió para William cuando el árbitro pitó un dudoso penalti sobre Cubillas. Hubo William de convencer a sus compañeros, que buscaban protegerlo, para que le dejaran tirarlo. Al final plantó la pelota, eligió carrera larga y se acercó al punto de penalti con exagerada parsimonia. El portero Carlos se tumbó y Will la empujó esquina con clase. Ahí empezó a cimentar el futbolista que es ahora.

Dos meses después, William es otro y el Castellón también. El equipo de Sergi Escobar ganó 0-2 al Almazora, suma su quinta victoria consecutiva y se sitúa a dos puntos del liderato. Ayer en el Pesudo, William era un tío con galones. Muy vivo: despierto para picotear en las segundas jugadas, lúcido para ver el pase bueno y fuerte para proteger la bola. En el minuto 64, el hispanobrasileño cerró en Almassora el círculo que abrió en Borriol. Serra, siempre Serra, cazó la prolongación de Cubillas, siempre Cubillas, y le sacó el penalti a Navalón. William plantó la pelota, eligió carrera larga y se acercó al punto de penalti con exagerada parsimonia. El portero Rubén aguantó y Will la empujó a la esquina con clase. Cuando le cambiaron pocos minutos después, se llevó la ovación de la noche.

El Castellón sigue sumando en la tabla porque sigue creciendo en el juego. A diferencia de aquel envite en El Palmar, el equipo de Escobar interpretó a la perfección ayer los distintos tempos del partido. Al Almazora no le faltó voluntad sino colmillo y fuelle. Le faltó pimienta para que surgiera el picorcito en los alrededores del área, y pulmones para mantener el trepidante pulso de pierna fuerte que propuso de inicio. Únicamente el soldado Seral inquietó en la pelea, pero en todas las batallas pareció demasiado solo.

El Castellón, enfrente, dio imagen de cuajo y poderío. Evitó complicaciones en ese arranque, bombardeando a Cubillas con juego directo, se esmeró en la defensa de la pelota parada con el refuerzo de Marc Castells, y se fue adueñando del partido a medida que avanzó el minutero. Ya terminó mejor el primer tiempo. Un error de Navalón tras un saque largo de Zagalá plantó a Juanjo frente a Rubén, que salió ganador del duelo.

El penalti

En la segunda parte, el Castellón cogió al Almazora por las solapas y ya no lo soltó. Navalón había empezado el partido picándose con Serra, y eso suele ser mala idea. Estuvieron un tiempo sin verse, porque los extremos visitantes cambiaron de bandas, pero a la hora de juego volvieron a su posición natural. Serra necesita muy poco para cobrar un cheque y en Almassora se vio una vez más. Cubillas ganó el salto y Serra la carrera: penalti. William anotó el 0-1.

Escobar ya había sentado entonces a Castells y Juanjo para dar carrete a Cristian Herrera y Marenyà. El equipo mejoró con cada uno de los cambios, también al final con Iván Sales aprovechando un contexto favorable. Así llegó la sentencia, cuando ya el Almazora había juntado a la desesperada a Rober, Seral y Nando Ventura en la delantera de circunstancias. Con espacios, Sales perdonó la primera pero no la segunda. La primera fue similar a la de Juanjo, y volvió a tapar el meta Rubén. La segunda fue gol porque Sales filtró el pase interior a Serra y Serra definió a puerta vacía tras clavar el gesto en el regate.

Era el minuto 91. En el 93, el local Santos cabeceó un centro a las manos del portero Zagalá. Era el primer remate a puerta del Almazora. El árbitro pitó el final.