Vilafamés inauguró ayer su antiguo campo de aviación de la Guerra Civil como nuevo museo al aire libre. «442. Camp d'aviació de Vilafamés» abrió sus puertas con una multitudinaria primera jornada en la que los asistentes pudieron presenciar el resultado de un año de trabajo que ha servido para recuperar y poner en valor este recurso histórico y turístico impulsado por el Ayuntamiento de Vilafamés y la Agencia Valenciana de Turismo.

La zona de trincheras, la torre de telecomunicaciones o el perfil de un «Polikarpov I-15» a escala real fueron algunas de las zonas más visitadas de una jornada que además contó con recreaciones históricas.

El antiguo aeródromo de Vilafamés fue construido en la primavera de 1937 coincidiendo con la estabilización del frente de Teruel, cuando el gobierno de la II República decidió abrir nuevos aeródromos junto a la zona de combate ya que la base más cercana estaba en Manises. El de Vilafamés fue el primer aeródromo en la cuarta región aérea, que abarcaba las zonas de Teruel, Castelló, Valencia, Alicante y el norte de Cuenca. En julio de 1938 pasó a manos franquistas y fue asignado a la Legión Cóndor, manteniéndose activo hasta finales de julio con la batalla del Ebro. En 1940, acabada ya la Guerra Civil, fue desmantelado.

Tras casi ochenta años de abandono, este aeródromo «vuelve a manos de Vilafamés como homenaje a todos los vecinos que lo construyeron. Es un recurso histórico, cultural, memorial y turístico único en el territorio valenciano», explicó José Albelda de Arqueocas. Por su parte, el alcalde Abel Ibáñez destacó la colaboración de Francesc Colomer y la Agencia Valenciana de Turismo y recordó que el proyecto incluye la edición de un libro y un documental. En el acto estuvieron también el concejal de Turismo Lluís Torlà, el subdelegado de Defensa Javier Ferrer, la alcaldesa de Cabanes Sole Segarra y el senador Carles Mulet, entre otros.

Este espacio de 11.000 metros cuadrados cuenta con 200 metros de trincheras transitables. No se trataba de elementos ofensivos, ya que se usaban como defensa pasiva ante ataques de artillería o bombardeos desde el aire. Su trazado en zigzag tenía como objetivo evitar los cascotes y la onda expansiva de los ataques.

Durante la jornada hubo recreaciones históricas, actividades infantiles y puestos de antigüedades militares. La programación continuó por la tarde con la presentación del libro «¡Objetivo: Levante!» de Carlos Mallench y Blas Vicente en la sala Quatre Cantons.