Esta semana, con la extraordinaria muestra de Porcelanosa en sus propias instalaciones, y la próxima, con la Feria de Cevisama en Valencia, ponen de relieve el impresionante esfuerzo de las empresas cerámicas de la provincia en sus procesos permanente de investigación y expansión por todos los puntos del orbe, lo que les permite seguir a la vanguardia en un sector tan puntero como el cerámico dónde siguen en cabeza del mismo, lo que les permite seguir ocupando un puesto muy importante en el desarrollo económico y social de nuestro país.

Estos últimos días, hemos podido leer también en este mismo periódico, que otras empresas de la provincia, de mucha importancia en un sector tan tradicional y así mismo importante como el agrario, están en notables procesos de expansión y crecimiento e incluso diversificando sus empresas hacia otras actividades destacadas en el sector turístico.

Por cierto; en este sector, el turístico, hemos conocido los proyectos del aeropuerto para aumentar su actividad y promover la llegada de turistas de otros países a lo largo del año. Y ya ha llegado el Ave a Castellón lo que también será importante para el turismo. Ahora hace falta un impulso decisivo para ese corredor mediterráneo, de tantga trascendencia para el desarrollo de las empresas de esta provincia.

Se está viviendo otro momento esperanzador en la vida económica de este país. Ya están lejanos los años de la gran crisis que negaron el señor Zapatero y el señor Solbes, ya no se destruye empleo sino que se crea aunque ahora hace falta otro empujón para que ese empleo sea el deseable, tanto numérica como económicamente.

Esto podríamos decir, que son aspectos que ocuparían parte de la cara de la moneda, pero en todas ellas hay otra cara de la que también hemos visto algunas variables. Seguimos observando la fijación que tiene la señora Montón, consellera de Sanidad con el Hospital Provincial, aunque siempre habrá que recordar, que si la Diputación de Castellón no hubiera afrontado hace unos años su ampliación y su remodelación, hoy sería un edificio obsoleto que se hubiera ido cayendo a trozos.

Mientras la mayor parte de los castellonses siguen preocupados por el futuro. Fundamentalmente por el empleo, hay algunos políticos e «intelectuales» que siguen dedicando un tiempo a ver si se elimina la cruz del Ribalta, y como Sherlock Holmes, van buscando con lupa alguna inscripción en cualquier ladrillo de otras épocas, temas que no ocupan la atención de nadie más que de ellos. Más que derribar, el tiempo lo debemos ocupar en levantar empresas, casas, garantizar el futuro de la Universidad, educar más en valores a las nuevas generaciones para que no veamos lo que vemos casi a diario en las páginas de sucesos, etc. Si en cualquier época de la historia los que siguieron a romanos, egipcios, etc hubieran tenido tanta afición destructora por hacer desaparecer vestigios de cada época, qué tendríamos ahora del pasado.

Aquí por eliminar hay que eliminar hasta las tascas. No hay ciudad en España que no tenga en el centro una zona de tascas. Les aconsejo que vayan a Zaragoza con el «tubo», a Logroño con la calle Laurel, a Sevilla con la calle del Betis, etc, etc. En esas zonas nuestras se crea ambiente y puestos de trabajo.

Y la semana concluye con la noticia de que no tendremos más Tram para unir la capital con los pueblos de la comarca. Si, es posible que valga mucho dinero, que todavía se deba algo, pero ahí está para satisfacción de miles de castellonense que lo usan a diario y y que pone más cerca el grao de la ciudad y de la Universidad.

Las matemáticas en mismo tiempos de estudiante nunca fueron mi fuerte, sino todo lo contrario, pero lo que si aprendí era que me gustaba mas y era mejor sumar y multiplicar, que restar y dividir. Y sigo con ello.