Los forenses ratificaron ayer ante el tribunal de la Audiencia de Castelló el ensañamiento del parricida de Benicàssim con su dos hijos menores, tras degollar primero a su pareja. Los hechos ocurrieron en la mañana del 20 de julio de 2016, en domicilio familiar de la pareja.

Los expertos mantuvieron esa tesis sobre la base «del reiterado» apuñalamiento que el progenitor propinó a sus vástagos, una niña de 11 años y niño de 13. En la actualidad, según los expertos, los menores presentan signos externos, en forma de cicatrices, del brutal ataque.

Ambos niños también presentan secuelas psicológicas. La niña manifiesta sentimientos de tristeza ante la ausencia de su progenitora, «aunque estos se consideran inherentes al proceso de duelo que ha de atravesar y se percibe muy estigmatizada por las circunstancias vividas y por cicatriz en el cuello», precisa el escrito de fiscal. El niño también tiene varias cicatrices en distintas partes del cuerpo y experimenta una sintomatología de ansiedad reactiva que trata de eludir evitando el desahogo emocional.

Con esta prueba pericial concluyó el juicio celebrado en la sección 1ª de la Audiencia de Castelló contra Óscar Lozano, procesado por el asesinato de su pareja Krisztina, de 43 años y natural de Hungría, y herir gravemente a sus dos hijos.

Al término de la vista oral, el tribunal otorgó al acusado una última intervención. El parricida se limitó a repetir que «pedía perdón a la familia de Krisztina». En la jornada anterior, el procesado ya había reconocido los hechos y asumido la pena inicial de 75 años de cárcel que solicitaba el fiscal.

Ayer, el ministerio público modificó parcialmente sus conclusiones, extremo al que se sumaron el resto de las partes.

Así, el fiscal mantuvo la acusación contra Óscar Lozano de un delito de asesinato cometido en la persona de su pareja y otros dos de asesinato en grado frustrado perpetrados en las personas de dos hijos. Por el primer delito, y ante el reconocimiento de los hechos y arrepentimiento del procesado, el fiscal rebajo la petición de pena de 25 a 20 años de cárcel. No obstante, el representante del ministerio público mantuvo la petición de 25 años de prisión por cada uno de los delitos de asesinato en grado de tentativa.

El ministerio público también modificó, en este caso al alza, la indemnización que inicialmente solicitó para los herederos de víctima. Mantuvo los 200.000 euros para cada uno de los hijos, más otros 18.000 por las secuelas psíquicas.

El fiscal también incluyó a un tercer hermano de Krisztina, que inicialmente no fue tenido en cuenta en este apartado.

Para los hermanos de la víctima fija una cantidad de 10.000 euros para cada uno de ellos,salvo para la hermana que se hizo cargo de la tutela de los menores, tras el periodo provisional en el que estuvieron bajo la custodia de los servicios sociales de la Generalitat Valenciana. Para esta mujer el fiscal ha elevado la indemnización hasta los 20.000 euros.

Muy celoso

En su escrito de calificación, el fiscal asegura que el procesado y la víctima mantenían una relación de pareja desde 2002 y tenían dos hijos. «Durante al menos los dos últimos años, la relación entre la pareja se había deteriorado», por los celos del procesado, que controlaba todos sus movimientos, llamadas y amistades. El relato destaca que en las últimas semanas de convivencia la pareja dormía separada.

Esta accidentada relación de la pareja también fue corroborada ante el tribunal por una de las hermanas de Krisztina, quien aseguró que cuatro días antes del brutal ataque de Óscar a su familia, le había confesado que «sentía mucho miedo» por lo que le pudiera ocurrir.