El Ayuntamiento de Castelló ha reservado presupuesto para retirar la Cruz de los Caídos del parque Ribalta e impulsa un proyecto arbóreo en su entorno, pero sigue sin concretar una fecha para levar a cabo esta actuación.

Las concejalías de Cultura y Medio Ambiente comparten esta medida; el primer departamento efectuará el traslado de la Cruz, mientras el segundo redactará previamente una iniciativa urbanística que adecentará el espacio del monumento tras su marcha. El ayuntamiento contempla esta iniciativa n una partida general del presupuesto de 2018 dentro del área de medio ambiente, y afirma que se concretará el coste cuando finalice la elaboración del programa arbóreo.

El consistorio, en cumplimiento de la ley de Memoria Histórica, persigue la eliminación de la Cruz desde el principio del mandato. Tiene claro que la trasladará del parque a otro lugar aún por determinar, pero desconoce cuándo ejecutará esta actuación. Su objetivo inicial es este año, pero al tener que aguardar la redacción previa de un plan arbóreo el adiós de la cruz podría aplazarse a 2019.

Asimismo, deberá hacer frente aun proceso judicial, ya que la asociación de Abogados Cristianos ha presentado un recurso en los juzgados de lo contencioso de Castelló para que se prohíba la desaparición de la Cruz. Afirma que el presupuesto municipal que se aprobó el martes recoge una consignación para intervenir en la Cruz y por ello reclama que los tribunales blinden de modo preventivo la estructura de Ribalta.

El ejecutivo local, por su parte, se fundamenta en un informe realizado por un comité de expertos de la memoria histórica constituido por el Consell para localizar los vestigios de la dictadura que perviven en las ciudades de la Comunitat Valenciana.

En el caso de la Cruz de Ribalta, sostiene que, aunque en la transición se cambió el lema de «caídos por Dios y por España» por otro que ensalzaba a las víctimas de la violencia en general, la Cruz glorifica el franquismo porque se construyó en 1944 con esta finalidad.

Además, considera que no tiene ninguna relevancia artística ni histórica que justifique su permanencia.

No obstante, se opone a su derrumbe, y aboga por llevarla al cementerio de San José. El gobierno local descarta este último emplazamiento por falta de espacio, y tiene pendiente decidir dónde erigirá la Cruz de los Caídos de Ribalta.