El Ayuntamiento de Castelló ha reactivado esta semana las obras de reforma de la Casa Prioral de la basílica de Lledó tras un retraso por parte de la empresa adjudicataria en el suministro de las vigas de madera, según informó ayer el concejal de Ermitas, Enric Porcar, que confió en que la actuación esté finalizada en las fiestas de Magdalena.

El proyecto pretende subsanar el hundimiento progresivo registrado en parte del espacio. Se contempló una partida de 60.000 euros en las cuentas municipales de 2017. Esta consignación se quedó sin ejecutar, según indica el informe de liquidación presupuestario.

Porcar destacó que los trabajos comenzaron en 2017 pero se frenaron por la tardanza en recibir las vigas por la empresa contratada para esta actuación. Ahora se han retomado, explicó, y aseguró que el edificio estará en condiciones en las próximas fiestas de Lledó de mayo.

Puntualizaciones del prior

El prior de la basílica de Lledó, Josep Miquel Francés, puntualizó que las obras se llevan a cabo por «necesidad» y que no afectan a la zona adscrita al prior, al que, según remarca, corresponde una «parte mínima» del inmueble. Explica que la Casa Prioral es denominada en el proyecto municipal como «casa habitada antiguamente por el celador» y que se trata de un edificio del siglo XVIII que es utilizado como sede por la Real Cofradía de Lledó y en el que habita la familia del celador municipal. El sacerdote, añade, tiene asignadas dos habitaciones, un baño, cocina y comedor. Francés desligó estas obras con la decisión del ayuntamiento de ceder en 2017 al obispado el pago de la nómina del prior.