Cinco monitores de vídeo, cámaras de televisión, 10 kilómetros de cables y más de 70 cruces viarios regulados con semáforos «serán los encargados de evitar los atascos de tráfico en Castelló en horas punta», publicó Levante de Castelló el 10 de febrero de 1993.

Y para conseguir tan ambicioso objetivo, el Ayuntamiento de Castelló y la Dirección General de Tráfico destinaron cerca de 200 millones de pesetas (1,20 millones de euros) «para dotar a la ciudad de un sistema de sincronización semafórica».

El desaparecido Víctor Falomir, que hace un cuarto de siglo era el concejal responsable del tráfico, manifestó a Levante de Castelló que la central de señalización semafórica iba a instalarse en los bajos del nuevo edificio consistorial y que cinco cámaras de vídeo, instaladas en

Los puntos más conflictivos del tráfico en Castelló «serán las encargadas de transmitir a la central de sincronización del departament de tráfico las imágenes de la circulación de vehículos por las calles que más atascos registran, sobre todo en horas puntas de entrada y salida de los conductores de sus trabajos». Las cámaras tenían una movilidad de 360 grados y una capacidad de visualización de más de medio kilómetro, «por lo que pueden recoger imágenes de todas las calles situadas en su perímetro», explicó Falomir.

Los aparatos se instalaron en la plaza Independencia, en el cruce de la calle Herrero con la avenida Burriana; en la confluencia de Fadrell y Casalduch, en el cruce de la N-340 con la avenida l´Alcora y en la plaza cardona Vives.