«Un día histórico para Benicarló», así definía la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, la firma que tuvo lugar ayer de la cesión de la antigua carretera N-340 en el tramo que corresponde al municipio. Tras firmar en el libro de honor por parte del delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, la alcaldesa y el jefe de Demarcación de Carreteras del Estado, Ismael Ferrer, procedían a la firma de la cesión.

Acompañados también por el subdelegado del Gobierno, David Barelles, el acto contó con las declaraciones de satisfacción por parte de Miralles, quien indicaba las mejoras que a partir de ahora se podrán desarrollar en el vial, cumpliendo así el acuerdo de pleno y tras la entrada en vigor de la variante, en octubre de 2015. Tras diferentes reuniones en estos dos años y medio y tras las actuaciones llevadas a cabo por Carreteras en la mejora del pavimento, será el consistorio el que ahora se hará cargo de sus 6,8 kilómetros y sus 180.000 m2, «a partir de hoy se inicia una nueva etapa en esta carretera porque esto permitirá realizar unas actuaciones que consideramos necesarias».

Entre otras mejoras, redactadas ya por los servicios técnicos municipales, se encuentran la construcción de rotondas -también en su tramo más adyacente al núcleo urbano-, desde el barranco de Cervera hasta el de Aiguaoliva, el vial podrá ser reconvertido en bulevar. Esto se suma a la revisión del PGOU que actualmente se está llevando a cabo y para el que esta carretera es vital, «alrededor de la carretera hay terrenos urbanos que determinarán cuál es el futuro de este bulevar». Algunas de las actuaciones destacadas por Miralles son reforzar la seguridad vial, con actuaciones para aminorar la velocidad de los vehículos especialmente en los cruces más utilizados. Esta será una de las actuaciones más inmediatas, pero posteriormente está prevista la implantación de un carril bici o zonas con árboles, entre otros objetivos. Miralles señaló algunas actuaciones más próximas, como la construcción de pequeñas rotondas en Puig de la Nao o en el cruce de Camí Mallol o estrechar el firme a 6 metros, ya que ahora tiene las medidas de una carretera nacional. La reducción de la velocidad también es otro de los objetivos.

«También requeriremos la intervención de otras administraciones, como la Diputación o la Generalitat», matizaba Miralles.

Además, la alcaldesa de Benicarló remarcó que esta cesión de la antigua N-340 representa una oportunidad para el desarrollo urbanístico de Benicarló. «Se convertirá en una carretera de circunvalación, aunque no sea en una legislatura, o en dos, pero al finalizar este proyecto se convertirá en aquello que todos deseamos que sea».