El concejal de Normalización Lingüística, Ignasi Garcia, subrayó ayer la voluntad del equipo de gobierno de llegar al consenso «en todos los temas importantes de la ciudad, lo intentamos con el Plan General, y ahora con el nombre de la ciudad, pero es evidente que es muy difícil llegar al consenso con quien dice que nuestra lengua es aldeano o dice que hay que quitarle la subvención a entidades tan arraigadas a nuestro castellonerismo como son los Dansants del Corpus». Garcia indicó que «no hemos llegado al gobierno de esta ciudad para que la derecha nos diga cuál tiene que ser nuestra política». Por ello, «nos atenderemos al decreto del Consell, que solamente establece la mayoría simple en el pleno para poder iniciar los trámites».

El regidor aclaró que la regulación del Consell «es muy garantista, ya que además de la aprobación en pleno, exige que haya un aval científico que apoye la iniciativa». «Y la realidad es que en 40 años ningún experto ha defendido la denominación castellanizada de Castellón, muy al contrario, todos han coincidido en que la ´n´ del final sobra».

Garcia afirmó que «el rigor de nuestros catedráticos, de nuestros lingüistas, de nuestros filólogos y de nuestros historiadores es una cosa que no se cuestiona. Los políticos no debemos ponernos la capa de historiadores ni de filólogos.

El edil envió este comunicado por la tarde, después de que por la mañana la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, instara a buscar el consenso con el Partido Popular y Ciudadanos. Aunque defendió la medida y el ejecutivo ya tiene decidido llevar el cambio de nombre al pleno, la alcaldesa apuntó que «personalmente, como vecina de Castelló», aplazaría esta iniciativa «si no hay consenso. «Las cosas que perduran en el tiempo son las que se consensúan, porque si hay un cambio político volverá» la doble denominación, espetó Marco en respuesta a los medios de comunicación en una visita a las obras de mejora del barrio la Maestría.

Marco acusó al PP de intentar confrontar a la sociedad castellonense con un tema de ciudad por «un puñado de votos». «En Vila-real se cambió el nombre con el PP y no pasó nada. En unas ciudades hacen unas cosas y en otras actúan de forma diferente por interés partidista; es triste», afirmó la primera edil, que instó a los populares a debatir en el ayuntamiento y lamentó que generen división a través de un campaña de recogida de firmas.

Marco responsabilizó de la falta de acuerdo al PP, aunque reiteró que el equipo de gobierno buscará la unanimidad hasta el último momento. «El Pacte del Grau es suficiente en aritmética de votos, pero no es suficiente en el consenso ciudadano. Las señas de identidad son de todo el pueblo», espetó la alcaldesa, que consideró que en este tema hay que «tener altura de miras».

Preguntada sobre la posibilidad de convocar un referéndum sobre este asunto, como plantea el Partido Popular, indicó que es «posible» esta consulta pero instó a los populares «a aclararse» y les emplazó a llevar su posición al ayuntamiento y no a la calle