Una madre corroboró ayer ante el tribunal, la sección 1.ª de la Audiencia de Castelló, los abusos sexuales de su pareja a su hija menor. El procesado, F. M., negó los hechos y remarcó que «nunca toqué ni abusé de la niña». La fiscal consideró probados los hechos y, al término de la vista oral, mantuvo su petición de 15 años de cárcel para el acusado y una indemnización de 20.000 euros en concepto de daños morales a la menor.

Según la acusación el procesado incurrió en el delito continuado de abusos durante años. La menor falleció hace un año.

De acuerdo al escrito de calificación de los hechos del ministerio público, el procesado era pareja sentimental de la madre de la pequeña desde 2003. A partir de que la menor cumplió diez años, el acusado «con el propósito de satisfacer su ánimo libidinoso y su instinto sexual» cometió reiterados abusos sexuales en la persona de su hijastra, en el domicilio de la pareja y una casa del procesado. Cuando la víctima cumplió diez años, «un día se encontraba en su habitación tumbada en la cama estudiando y el procesado se le acercó y le dijo que era muy guapa, al tiempo que comenzaba a tocarle el muslo por encima de la ropa, llegando finalmente a acariciarle los genitales, también por encima de la ropa, y a continuación la besó en la boca, saliendo la menor corriendo de la habitación», relata el fiscal.

El ministerio público destaca que el procesado siguió con esa prática aprovechando que la madre de la menor trabajaba por las tarde. Al cumplir los 12 años, el acusado, según la Fiscalía, «comenzó a acariciarla , pero en un momento dado, de forma brusca la empujó contra la cama, la desnudó y haciéndola que se pusiera de espaldas, la penetró analmente con su pene, gritándole el procesado que no contara lo que estaba sucediendo a su madre o la mataría». El procesado continuó con esas agresiones sexuales a la menor y, en algunas ocasiones, atada a la menor de pies y manos con unas esposas al somier de la cama.

En su declaración, el acusado dijo que « nunca» abusó la menor y que se limitaba a ir a recocerla al colegio cuando su madre se lo pedía. También rechazó que en su domicilio tuviera unas esposas para atar a la niña.

La madre de la menor indicó que el procesado le invitó en alguna ocasión a mantener relaciones sexuales atada con unas esposas a lo que ella se negó. La menor denunció finalmente las agresiones sexuales de su padrastro a la psicóloga a la que acudía por problemas de personalidad.