El ministerio público, en su calificación inicial, solicita ocho años de cárcel para el director de una sucursal bancaria de Vila-real por los delitos continuados de apropiación indebida y estafa. La vista oral por estos hechos, ocurridos entre 2000 y 2009, está prevista para el próximo día 13 de marzo en la sección 1ª de la Audiencia de Castelló.

Durante ese período, el procesado se apropió de más de 1,5 millones de euros a través de operaciones bancarias no autorizadas por los clientes de la entidad financiera. La fiscalía pide que el procesado abone las cantidades defraudas y, en paralelo, ha fijado como responsable civil subsidiario a la entidad bancaria en la que trabajaba el procesado.

Entre 2000 y 2009, el acusado ejerció el cargo de director de la sucursal bancaria y fue realizando «con evidente ánimo de lucro injusto y usando de forma mendaz las facultades inherentes a su cargo con vocación de incorporación a su patrimonio de forma definitiva» una serie de operaciones bancarias fraudulentas, según mantiene el fiscal.

Las prácticas fraudulentas de las que se valía el ejecutivo para apropiarse del dinero eran, según el fiscal, las siguientes: Formalizar tarjetas de crédito no autorizadas por los clientes titulares sin su conocimiento, disponiendo él mismo de efectivo en el cajero de la sucursal; usar papel de colusión en remesas abonadas por él mismo para obtener una irregular y ficticia financiación; conceder préstamos a mercantiles sin conocimiento y consentimiento de los usuarios de la entidad y aumentaba voluntariamente el límite de las pólizas de crédito concedidas; y, por último, usar líneas de descuento de forma torticera.