La máxima representante de la Germandat dels Cavaller de la Conquesta tuvo como damas de su corte de honor a Iraste Baldazo Duro (Na Dolía), Lorena Beltrán Arandas (N´Djamena), Sara López Sancho (N´Amat), Paloma Lloret Porgar (Na Margarita), Raquel Pérez Das (Na Provenzal) y María José Rovira Sebastián (Na Rama). Y con todas ellas les unía «una gran amistad», dijo.

En una entrevista publicada por Levante de Castelló unos días antes, Marta confesaba sentirse «abrumada desde el mismo momento en que se comunicó mi elección y con toda la serie de actos que ha venido discurriendo desde entonces». Además destacaba las atenciones que estaba recibiendo por parte de la Germandat, colectivo del que destacaba, de manera muy especial, que se encarga de «conservar tradiciones que son históricas y que, si no fuera por su dedicación, se perderían».

Marta Vicente calificaba la proclamación de Na Violant como «uno de las actos más solemnes, más atractivos y divertidos» de las fiestas de la Magdalena, y confesaba que ella, antes de formar parte de la Germandat, le gustaba ir siempre «al acto de proclamación de la reina Violant, al igual que a mucha gente joven de Castelló. De hecho, cada año siempre hay una gran cantidad de gente joven que pide entradas para no perderse la proclamación».

Los agricultores iniciaron su «marcha verde»

Cerca de un millar de agricultores castellonenses participaron en lo que se denominó como la ´marcha verde´ y con la que, bajo la convocatoria de Fepac-Asaja, quería dejar constancia de «la grave crisis agraria y, además, supone una reivindicación de soluciones urgentes para el campo por parte de la Administración», se especificaba en las diversas informaciones publicadas hace 25 años por Levante de Castelló.

La ´marcha verde´ se inició el 16 de febrero en Vinaròs y tenía como destino final Madrid, exactamente el edificio del Ministerio de Agricultura para hacer públicas sus quejas y reivindicaciones.

La primera etapa, de 41 kilómetros, llevó a los manifestantes hasta Benicarló, de allí, y en autobuses, fueron trasladados a Alcalà de Xivert, donde reanudaron el recorrido a pie hasta Torreblanca. En la segunda jornada, los más de manifestantes que participaron realizaron a pie los 31 kilómetros que separan Torreblanca de Castelló y, como anécdota, hay que resaltar que la marcha la encabezó una anciana de 84 años, llamada María Francisca Lapica Miravet.

El Ayuntamiento de Castelló, cuyo alcalde en aquellos días era el popular José Luis Gimeno, asumió las reivindicaciones de los agricultores como propias, según explicó el concejal Isidro Salas, que fue el encargado de recibir a los manifestantes.

Al día siguiente, el 19 de febrero, Gimeno fue el encargado de despedir a los agricultores, que se marcharon a Sagunto, y depositó tierra castellonense en un cofre que iban a entregar al ministro.

Tiburones en la costa de Castelló

Los numerosos avistamientos de tiburones peregrinando en las proximidades del litoral de la Comunitat valenciana, y de manera especial en el de Castelló, provocaron «una cierta alarma a consecuencia del espectacular tamaño de esta especie, que son de 12 metros; y de su aspecto, muy similar al de los feroces tiburones tropicales.

Eso sí, en la provincia de Castelló no se había producido ninguna captura, algo que sí pasó en Tarragona; y se aseguraba que que los tiburones peregrinos eran inofensivos, y que el único problema que podían ocasiones en enredarse en las redes de pesca.

La guerra del PSOE y Nabàs

El PSPV-PSOE de Castelló, tras un acuerdo adoptado por la mayoría de ´familias´ que hace un cuarto de siglo componían la ejecutiva local, a excepción de los nacionalistas; decidió «declarar la guerra abierta al secretario de comunicación de la ejecutiva nacional del PSPV-PSOE, Ernest Nabàs», según publicó Levante de Castelló en su edición del 14 de febrero de 1993.

Los socialistas elaboraron, según la misma información, «un decálogo de ´pecados´ cometidos por su compañeros, al que acusan de utilizar amenazas, no tener respaldo en Castelló, y haber llegado a la ejecutiva nacional sin ser miembro del partido».

UBE se interesaba por Proquimed

La empresa química japonesa UBE Industries anunció su interés de adquirir, a lo largo del año 1993, el 30 % de las acciones de Proquimed «como un primer pasa para hacerse con el control total de la empresa química castellonense, propiedad actualmente de la multinacional británica British Petroleum», compañía que arrastraba «perdidas millonarias» , según publicó Levante de Castelló el 16 de febrero de hace 25 años.El importe de la operación no se hizo público.