El Centro de Estudios del Maestrat abre sus puertas para acoger una exposición fotográfica que nos conduce por distintas ciudades y países del mundo de la mano de antiguos picaportes de las puertas.

Bajo el título «Arte en los Picaportes o Llamadores», la muestra permite observar cómo en toda su diversidad y riqueza de estilos, formas y materiales, los picaportes o llamadores han ofrecido a través de los siglos -además de advertir de la llegada de visitas-, su efecto protector a los moradores de las viviendas que los blandían a sus entradas con la intención de ahuyentar y defender a las familias.

Aún hoy pueden contemplarse en nuestras calles y en pequeños municipios vestigios realmente antiguos, o personas con sensibilidad que han conservado estos antiguos objetos hace ya tiempo sustituidos por el timbre común eléctrico o el portero automático, prácticos aunque mucho menos llamativos y artísticos.

Cabezas de león en Dresde (Alemania), dragones en Atzaneta, manillas sobre fondo azul intensamente añil en Sevilla, rostros de bronce que encontrarían su símil en el imperio maya, llamadores en blanco y negro de Sicilia, llamadores del Maestrat o del Palacio Episcopal de Castelló?

Todos ellos han pasado por el objetivo de uno de los integrantes de la Junta Directiva del CEM, Juanjo Escrich, un apasionado en fotografiar estas pequeñas joyas que decoran las puertas del mundo.

Como explica el secretario y portavoz de la asociación, Antonio Cuenca, esta exposición es una de las dos que llevan a cabo anualmente. La anterior fue la de los planos de la construcción del puerto de Benicarló, correspondientes a 1931.

«Algunos de los picaportes dan una idea de la época y el contexto en el que fueron realizados», explicó Cuenca. Todos ellos han plantado cara al paso de los siglos, pero lamentablemente, algunos no han resistido la acción de las excavadoras.

Verdaderas piezas artísticas

Dar un paseo por la exposición permite que nos reencontremos con la belleza que albergaban nuestras puertas y que también podamos apreciar las similitudes con otros lugares del mundo y otras culturas en los que las calles culminan la decoración de sus puertas con estos objetos de cerrajería artística que confieren una estética única que ha gozado de una durabilidad y fiabilidad envidiable a lo largo de los siglos, a pesar de la tristeza que produce que, actualmente, algunos se encuentren afectados por un grave deterioro.

Los picaportes, unidos a la ebanistería de las puertas y a los dinteles de piedra, han dejado como legado verdaderas composiciones y piezas de un arte poco apreciado que sin duda también cuenta nuestra historia en cualquier pueblo o centro histórico de ciudades. Son verdaderas joyas de maestros herreros que han resistido el paso del tiempo.

La exposición estará abierta hasta el 31 de mayo y se puede visitar los viernes de las 18:30 horas hasta las 20:30 horas en el edificio de la antigua prisión.