Dicen que la casualidad es a veces fruto de grandes cosas y, en este caso, se podría decir también que lo es de grandes descubrimientos. Y es que gracias a la curiosidad y a la suerte dos vecinos de Atzeneta del Maestrat encontraron el que se ha convertido en uno de los mayores descubrimientos de la zona en los últimos años.

Según señala el alcalde del municipio, Santiago Agustina, fueron dos vecinos de la localidad, Jaume Gil y Toni Salvador, apasionados de la arqueología y la historia y que aprovechan cada momento que tienen para recorrer el localidad en busca de nuevos hallazgos, quienes, de forma fortuita, descubrieron una estela íbera de gran valor.

Agustina relata que los dos vecinos se encontraban en un bar cuando un tercero les oyó hablar y les contó que hacía décadas había encontrado en un bancal una losa y que la tenía guardada en casa. Sin dudarlo, Gil y Salvador fueron a la propiedad del hombre para ver por sí mismos la losa. Al llegar, notaron que esa baldosa no era común o parecida a cualquiera que hubiesen visto. Por ello, llamaron sin dudarlo al arqueólogo Ferran Arasa, quien con solo ver una foto les dijo que lo que veían podía tener un valor incalculable. Y así fue.

Al ver en persona la pieza, Arasa pudo comprobar que lo que allí tenían se trataba de una estela íbera única, ya que, como según él mismo ha publicado recientemente en los cuadernos de prehistoria y arqueología de Castelló, «es la primera estela decorada que se encuentra en tierras de Castelló y es la primera vez que se documenta el disco cuirassa -un disco pectoral, elemento tallado en la estela, propio del armamento defensivo de los pueblos mediterráneos de la Edad del Hierro- en la decoración de las estelas ibéricas en el País Valencià». Además, este descubrimiento podría ser el inicio de un largo camino a recorrer para saber más sobre el uso de los discos cuirassa y las estelas decoradas en diferentes zonas del mediterráneo.

Ahora, tras hacer público el descubrimiento, Santiago Agustina ha señalado que el Ayuntamiento de Atzeneta está pendiente de firmar un convenio de cesión con el propietario de la pieza -no se debe olvidar que ésta fue hallada en una propiedad privada y que, por tanto, es del hombre que la encontró-, restaurar la pieza en caso de ser necesario y exponerla para que pueda ser contemplada y admirada por vecinos y visitantes. Sin embargo, para ello todavía habrá que esperar unos meses, ya que hay que habilitar la zona donde se ubicará y preparar los documentos pertinentes para ello. Por el momento, la estela íbera sigue a cuidado del vecino que la encontró tiempo atrás.

El último descubrimiento en el municipio no ha hecho más que ampliar el valor histórico de Atzeneta. Tal y como ha comentado el alcalde Santiago Agustina, los mismos dos hombres gracias a los cuales ha salido a la luz la estela fueron los que descubrieron en el antiguo cementerio municipal dos cruces templarias que, actualmente, se encuentran guardadas hasta que sea posible exhibirlas. Un interés que ha aumentado tras el hallazgo de la estela íbera y que supondría un nuevo atractivo turístico para la localidad.