Benicarló vivía ayer uno de los momentos de mayor camaradería entre las diferentes comisiones falleras de la localidad. La pista anexa del pabellón se convertía en una gran cocina en la que se elaboraban las paellas de hermandad falleras que cada año simbolizan la unión entre comisiones y el buen ambiente entre familias falleras.

La preparación del plato valenciano por excelencia contaba con los «maestros» y «maestras» cocineros que se unían para preparar y condimentar el plato estrella. Tras la Cridà del sábado la programación avanza a buen ritmo y las Fallas 2018 viven su año especial con más entusiasmo que nunca. Informa N. Vernet