Que las comisiones gaiateras son el corazón de la fiesta es algo indiscutible. La Magdalena no tendría sentido sin la exhibición de sus monumentos representativos de los «fanals» que iluminaron el camino a los castellonenses allá por el siglo XIII cuando se aprobó el traslado de la ermita a la plana. Diecinueve monumentos confeccionados por profesionales artistas y, en algunas ocasiones, por los propios miembros de la comisión y que ayer, tras un año de intenso trabajo, veían la luz. A las 20:00 horas partió el desfile de gaiatas desde la calle San Roque para recorrer las calles Sanahuja, la plaza María Agustina, Mayor, Gasset, Puerta del Sol, Ruiz Zorrilla y avenida Rey don Jaime.

Durante la marcha cobró protagonismo el tradicional «esclat de llum, sense foc ni llum». Los allí presentes fueron testigos de la explosión de luz de las miles y miles de bombillas led que dan forma a cada una de las gaiatas.