El origen de la mona de Pascua es algo incierto. Algunos libros sitúan su nacimiento en la época Romana, cuando los ciudadanos ya elaboraban en primavera unos roscones con huevos. Y otros documentos indican que la elaboración de la mona se asienta en tiempos de los moriscos, cuando era típico regalar un dulce al «señor».

Sea cual sea su origen lo cierto es que en los últimos 300 años la tradición de la mona de Pascua en Castelló se ha mantenido, consolidado y convertido en todo un arte gracias a la elaboración artesana de los maestros panaderos y pasteleros del Gremi de Forners, que hoy en día ofrecen unas monas divertidas y singulares, que requieren una cuidada preparación para celebrar la Pascua como se merece.

El maestro mayor del Gremi de Forners, José Miró, explica que los artesanos del Gremi esperan vender en los próximos días en torno a 120.000 monas de diversos tipos y sabores. Y es que la demanda se ha incrementado ligeramente con respecto al año pasado «porque los castellonenses apuestan por comprar calidad en los hornos artesanos».

El vicepresidente de la entidad, César Solsona, asegura que «las más solicitadas en Castelló siguen siendo las figuras de 'panquemado' que se decoran con los huevos pintados y con las que padrinos y abuelos sorprenden a los pequeños de la casa». Por eso, para hacer las serpientes, cocodrilos y patos de «panquemado» más divertidos, los panaderos y pasteleros llevan días preparando decoraciones especiales de azúcar de colores, frutas confitadas o anisetes para darle «personalidad» a estas dulces y deliciosas figuras.

Igualmente, cada vez son más las familias que apuestan por encargar sus monas de «panquemado» rellenas y en forma de rosco, para consumir de postre en las comidas de estos días de vacaciones. «En Castelló lo más tradicional siempre han sido los rellenos de boniato o cabello de ángel, pero ahora, las panaderías y pastelerías nos adaptamos totalmente al cliente y también es muy habitual servir las monas rellenas de chocolate, almendra y hasta crema y nata, decoradas con plumas o calabazate», explica Teresa Adsuara, del Gremi de Forners. Unas propuestas a las que se suman, por supuesto, a las irresistibles y novedosas figuras de chocolate que se renuevan año tras año.