El Villarreal da la impresión de sentirse cómodo alimentando las dudas a su alrededor. Cuando todo apuntaba a la recuperación de la confianza y el buen juego, tras los triunfos ante Las Palmas y el Atlético de Madrid, el submarino se estrelló de bruces contra el colista, un Málaga que hasta ayer parecía condenado a un descenso irremediable. Pero, en un duelo en el que los amarillos sólo dispararon una vez entre los tres palos, el equipo de José González terminó alentado por los olés de su afición.

Derrota por la mínima, que debió ser más amplia, para un Villarreal desnortado, al que le habían robado la brújula. En el banquillo, Javi Calleja, el técnico visitante, negaba con gesto mohíno. Una muestra de la mala impresión dejada por un equipo que se mantiene quinto, pero al que Sevilla y Girona recortan un punto. Además, si el Betis gana hoy al Getafe, los verdiblancos pueden situarse a un punto del conjunto azulejero.

Las buenas sensaciones recabadas en las dos anteriores jornadas necesitaron de cuarenta y cinco minutos para esfumarse en La Rosaleda. Lo que en el arranque podía considerarse una toma de contacto, la mesura de fuerzas con el rival, se convirtió con el paso de los minutos en una empanada preocupante, en un atasco que terminó con el tanto del Málaga.

El Villarreal, náufrago sin Manu Trigueros en el timón, y con Rodrigo y Fornals en las puntas de un rombo que adoleció de fluidez, le inyectó esperanza a los blanquiazules. Guiados por Rolan, empeñado en resucitar al muerto, los de José González terminaron por encontrarse con un penalti cometido por Asenjo sobre el uruguayo. Todo se lió en el minuto 36 cuando, tras un mal despeje del palentino, Lacen recuperó en el centro del campo. Una buena combinación local permitió a Rolan inventarse un regate ante la zaga que le plantó solo ante Asenjo. Se marchó del guardameta amarillo, pero una zancadilla le hizo caer al suelo. Chory Castro, con un disparo rompedor, batió por el centro al cancerbero internacional.

Era la confirmación a una actuación triste del Villarreal. Incapaz de pisar el área contraria, los amarillos se estrellaban una y otra vez ante la creciente esperanza de un Málaga que llevaba sin ganar desde el pasado 10 de diciembre. Apenas un disparo alto de Fornals, y un cabezazo sin peligro de Rodrigo, tras un saque de esquina, fueron los tímidos intentos de los visitantes que se pudieron contabilizar.

No cambiaron las tornas en la segunda mitad. Cuando se podía pensar que la charla del descanso espolearía el orgullo de los jugadores del Villarreal, la realidad se alió con la decepción. Tardó cinco minutos el equipo de Calleja en cruzar el centro del campo y, aunque el submarino intentó hacerse con el control del esférico, unos fantasmales Rodrigo y Fornals apenas pudieron construir jugadas de peligro.

Por su parte, el Málaga sonrió por primera vez en muchos meses. Con la contra como recurso y mecido por el vértigo de Rolan y la potencia de En-Nesyri, el conjunto malacitano se permitió incluso el lujo de perdonar el 2-0 en demasiadas ocasiones.

Rolan la tuvo en el minuto 54, con una jugada personal que terminó con un disparo desde la izquierda. Bonera salvó el tanto. Un cuarto de hora más tarde un robo de Chory se convirtió en un pase al hueco al que llegó En-Nesyri. Casi sin ángulo, ensayó un zurriagazo que se marchó demasiado cruzado. En el minuto 80 fue Lestienne quien no resolvió bien. Intentó una especie de centro-chut al que no pudo embocar Rolan. Y un minuto después, Iturra puso el balón en el punto de penalti donde remató de nuevo En-Nesyri. Bonera se encargó otra vez de evitar el gol.

Perdido en el laberinto, Calleja se devanó los sesos en busca de la fórmula para la resurrección. Ünal y Roger Martínez terminaron como referencias ofensivas, pero no aportaron la chispa necesaria para cambiar. Tampoco lo hizo Raba, arrastrado por la tormenta. Hasta el minuto 89, con un remate inofensivo de Roger a las manos de Roberto, no se produjo el único disparo a puerta amarillo. Una estadística que evidencia que el Villarreal vivió ayer su via crucis particular.