C onexión Vintage es un programa bien chulo y dentro de poco emitirá un reportaje sobre el Castellón y la final de Copa, la de 1973, la única que importa. Paco Grande avisó de su visita y desde que supe que me haría un par de preguntas empecé a rumiar alguna respuesta de altura. Ya se sabe: elegí mis gafas de cultureta pseudointelectual, me dejé barbita de una semana y tejí mentalmente un discurso de excepción. «El fútbol es un nosotros eterno», esa era la frase clave con la que debía comenzar mi histórico parlamento; «el fútbol es un nosotros eterno», debía decir, y entonces alzar la vista hacia el horizonte y entornar lo justo la mirada como un cantante de baladas; «el fútbol es un nosotros eterno», frase que comparto aquí para que la uséis para ligar que seguro que funciona, que a ver si quedáis para follar y no para daros de hostias; «el fútbol es un nosotros eterno», me repetía a mí mismo durante el primer tiempo y entonces mi cerebro seguía, «el fútbol es un nosotros eterno y cada club de fútbol un edificio siempre en construcción», toma, «y cada generación va poniendo sus piedras, hay piedras buenas, como la de la final de Copa, como la de Planelles, que Planelles debía ser lo máximo, Planelles debía ser como pegarle un mordisco a una naranja, y hay piedras malas, como la que nos ha tocado sufrir en la última década, pero todas las piedras importan y de todas las piedras se aprende y si olvidas algunas, si las borras, el edificio se cae, y aquí seguimos en la mierda de Tercera y casi desaparecemos, pero el edificio sigue en pie y hay más socios ahora que en Primera, hay más socios que nunca y Castalia es un bañera que hierve y la torre Maratón sigue proyectando su sombra sobre el césped, y llegas al campo y ves a Cela, otro mito, en su asiento de siempre en Tribuna y el escudo es el mismo y el himno y la camiseta y dirán que no hemos ganado mucho y queda tanto por hacer, pero a mí todo eso, haberlo conservado, me parece casi un milagro, me parece una gran victoria». Eso quería decir yo en la tele, pero llegó Paco Grande al descanso y ya no recuerdo qué me preguntó ni qué contesté, alguna tontería probablemente.