Seis presos de la cárcel Castellón II de Albocàsser se enfrentan a 19 años de prisión por un delito de agresión sexual y otro de lesiones cometidos en la persona de otro reo para intentar extraerle droga que supuestamente llevaba en su organismo.

La vista oral por estos hechos, ocurridos el 28 de febrero de 2014 en los lavabos de un módulo del centro penitenciario, se celebrará el próximo día 25 en la sección 1ª de la Audiencia de Castelló.

Según el escrito inicial del fiscal, los seis internos procesados por estos hechos, «se dirigieron al interno del mismo módulo y pensando que éste portaba sustancia estupefaciente en su organismo, actuando de común acuerdo, con el fin de que expulsara a la fuerza la sustancia referida», lo trasladaron a los lavabos del citado módulo.

Un vez allí, le bajaron los pantalones y calzoncillos hasta las rodillas, mientras le «decían que tenía que darles el chocolate». El agredido les contestó que no tenía droga, pero los procesados comenzaron a golpearle y lo apoyaron sobre el lavabo con las piernas semiflexionadas de espaldas a la puerta de entrada, donde lo inmovilizaron. Luego, «le separaron las nalgas par introducirle por el ano el cuello de una botella a la que habían perforado el tapón». Más adelante, los acusados «introdujeron a la víctima un bolígrafo, los dedos e incluso una cuchara por el ano, objetos que movieron en el interior, y todo ello, mientras con ánimo de atemorizarlo le proferían expresiones tales como. 'o sacas el chocolate o ter parto las piernas', provocando un fuerte temor y dolor en el denunciante».

Los procesados cesaron su agresión cuando otros dos internos acudieron en auxilio de la víctima. Acto seguido, los acusados limpiaron el líquido y la sangre derramada por el suelo y paredes del lavabo de la cárcel.

El fiscal señala que durante la agresión al interno «ningún funcionario se encontraba realizando labores de vigilancia en las proximidades del lugar en el que tuvo lugar la agresión, y ello a pesar de que en el interior de cada uno de los cuartos de baño no se encuentran instaladas cámaras de vigilancia, por lo que el lugar concreto donde fue agredido se encontraba fuera del control y vigilancia de los funcionarios del centro penitenciario, hecho que provocó que éstos no actuaran para poner fin a la agresión que se estaba produciendo, ni tampoco se diera aviso de forma inmediata a los servicios médicos del centro».

Fue la esposa del interno agredido quien a la mañana siguiente de la agresión sufrida por su marido comunicó los hechos a los servicios policiales.