El 8 de septiembre había sido desde la noche de los tiempos el día que la Iglesia católica festejaba a todas las vírgenes «encontradas», juntas pero no revueltas. La Mare de Deú del Lledó, como otras elegidas que previamente habían sido coronadas, logró singularizar su fiesta y su onomástica pasó a celebrarse en mayo, el mes de María por antonomasia. En la posguerra, las autoridades del nacionalcatolicismo triunfante quisieron introducir una letra a la Marcha Real que también fracasó, de la misma manera como también sucumbieron los versos de José María Pemán o, más recientemente, los ripios de Marta Sánchez. «La virgen María es nuestra protectora, lo, lo, lo, lo, lo, lo...», rezaba este nuevo intento de ponerle rimas, que los párvulos, siempre despistados, variaban por una versión libre que comenzaba: «La virgen María es nuestra profesora...».

No obstante, el mito de Lledó disfrutó de su propio cancionero. Según Ferran Sanchis los gozos más antiguos que él recuerda rezaban así: «En cualquier tribulación/ que en este mundo tengamos/ vuestro favor imploramos/ virgen santa de Lidón». Después siguieron els gojos que escribió el patricio Gaetà Huguet Breva. Y también los que le dedicaron a la virgen el cronista Lluís Revest y mosén Vicent Ripollés. Estos versos, en valenciano, decían: «Del vostre amor un cantar/ és tota la nostra història,/ Castelló ha degut sa glòria així,/ als peus del vostre altar». La otra pieza fundamental es la Salve, de Pachés y Alloza, escrita en castellano y que cuenta también con una traducción de Miquel Peris. Ya en época reciente, nos encontramos con las serenatas que impulsó el médico y poeta Manuel Rozalén, y con la Missa de Lledó que firmó Matilde Salvador en 1966.

Como vemos, la reliquia hallada en el huerto de Granyana no ha dejado de mover la fe y la inspiración de los castellonenses y Vicent Agut, prior de la basílica, dejó escritas unas palabras que ilustran este fenómeno: «Sempre s´ha dit que Lledó era un centre de salut. Antigament, per les epidèmies, la gent implorava la verge. Actualment com que la gent té el colesterol molt alt, caminen per l´avinguda des de la ciutat al santuari».