El Ayuntamiento de Castelló no ha tramitado aún formalmente la petición de cesión temporal de un lienzo del siglo XVIII de la Verge de Lledó localizado en el Museo de Historia de Nuevo Méjico (Estados Unidos). El Consistorio anunció está posibilidad justo hace ahora un año cuando se hizo público el hallazgo de la obra artística. «Estamos esperando el momento oportuno, es decir, el contexto cultural adecuado, una efemérides o una gran muestra, para argumentar la petición», señaló ayer el concejal de Ermitas, Enric Porcar, de Compromís.

Porcar indicó que la idea se mantiene en pie. «La estamos estudiando en colaboración con la Real Cofradía y los responsables de la Basílica», dijo. «Todo ello con el propósito de trasladar una propuesta lo suficientemente sólida para que la dirección del museo acceda a esa cesión temporal del cuadro», reiteró.

Por su parte, la dirección general Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana se reafirmó ayer en su compromiso de colaborar con la iniciativa del Consistorio, «en cuanto haya una propuesta concreta del consistorio», puntualizaron fuentes del gabinete de prensa del departamento que dirige Carmen Amoraga.

La existencia del lienzo, denominado «Nuestra Señora de lledó», fue descubierta por el investigador Fernando Vilar.

La obra fue realizada en 1716 por Melchor Pérez Holguín en la villa de Potosí, que entonces formaba parte del virreinato de Perú y que ahora pertenece a Bolivia. Es considerado uno de los principales artistas del barroco colonial y el cuadro de Lledó, de dos metros de altura, es una de las piezas más cotizadas del Museo de Historia de Nuevo Méjico en la ciudad de Santa Fe. Según la investigación de Vilar, la obra de la Mare de Déu de Pérez Holguín forma parte de una colección de 70 cuadros y tres esculturas que fue donada en 2005 al Museo de Nuevo Méjico por el Instituto Internacional de Arte Colonial Ibérico de Santa Fe, una entidad, prosigue Vilar, que fue creada en la década de los años 60 del siglo pasado por Nina Perera y Charles Wood Colllier, un matrimonio estadounidense de coleccionistas.

La pareja residió en la capital boliviana de La Paz de 1942 y 1944. En esos años, continúa, el lienzo pertenecía a la colección Wilson de La Paz. A finales de 1950 los Collier se ubican en Nuevo Méjico e inician una recopilación de arte colonial ibérico, adquiriendo la pieza a Wilson, y en la década siguiente fundaron el Instituto Internacional de Arte Colonial. Vilar intenta averiguar ahora quien encargó el trabajo.