El equipo de gobierno de Castelló activará en el pleno de este mes el expediente para oficializar el nombre exclusivo en valenciano de la ciudad pese a no fraguarse un acuerdo con el PP y Ciudadanos.

El concejal de Normalització Lingüística, Ignasi Garcia, mantuvo ayer una reunión con populares y Ciudadanos en un último intento de conseguir un viraje en sus posiciones. Así, les trasladó un dossier sobre el ciclo de conferencias que ha organizado para explicar la necesidad de apostar por la vertiente monolingüe del topónimo. Las charlas divulgativas y el diálogo con la corporación municipal fueron dos condiciones que planteó el PSPV en febrero para asumir el topónimo único de Castelló. Compromís pretendía iniciar el proceso en febrero, pero los socialistas pidieron aplazar esta medida por la falta de unanimidad y plantearon llevar a cabo previamente las dos medidas citadas. En ese momento, el PSPV apuntó que el nuevo nombre oficial podría ser revocado cuando se produjera un cambio de gobierno si se aprobaba sin consenso.

Populares y Ciudadanos no parece que vayan a ceder y que el ejecutivo local se fundamentará en los votos de los partidos del Pacte del Grau para alterar el topónimo oficial. Esta correlación de fuerzas es suficiente ya que la normativa autonómica solo requiere una mayoría simple del pleno. Luego, el Consell deberá refrendar el acuerdo municipal en un trámite que contará con un periodo de alegaciones y que se prolongará en torno a seis meses.

El portavoz adjunto del PP, Juan José Pérez Macián, explicó que prepara su propia documentación sobre el nombre de la ciudad. El edil no avanzó qué defenderá su grupo en el plenario pero subrayó que la posición inicial de «defensa de la cooficialidad de las lenguas es bastante firme». Los populares, además, han reiterado en diversas ocasiones que la eliminación de la actual doble denominación supone un acto de discriminación del castellano, por lo un cambio de postura de última hora se presenta casi impensable.

Ciudadanos afirmó que «no «compra el discurso del bipartito de recuperar el nombre de Castelló, cuando ese nombre ya existe. La única intención del equipo de Gobierno es eliminar el castellano. La única intención del equipo de Gobierno es eliminar el castellano, como están haciendo en materia de Educación».

Desde Compromís insisten en que el calendario previsto continúa inalterable. Esta vez contará con el respaldo de los socialistas ya que ha cumplido con las demandas propuestas por su socio de gobierno como las conferencias y el diálogo con los partidos. Fuentes del PSPV indican que, aunque no se abordado el debate del topónimo en el seno del grupo, es poco probable que se produzca una disensión.

Reglamento aprobado por el PP

Garcia sustenta la opción monolingüe de Castelló en razones de historia, en las recomendaciones expuestas por expertos, técnicos de la Acadèmia Valenciana de la Llengua y organismos internacionales como la ONU, que abogan por un nombre oficial para las ciudades vinculado a su ámbito lingüístico predominante.

También se apoya en el reglamento de normalización vigente de 1991. Este documento insta a oficializar en valenciano la denominación de la ciudad. Fue impulsado en la etapa del alcalde socialista, Daniel Gozalbo pero fue aprobado por unanimidad, entre otros, por el PP, que ese año estaba integrado, entre otros, por el exalcalde, José Luis Gimeno. Los populares no ejecutaron el reglamento pero eludieron revisarlo.

Garcia insta a excluir las lenguas de las cuestiones ideológicas y les invita a promover un «debate amable». «Apostamos por recuperar el patrimonio y por poner el valenciano en el lugar que marca la Constitución», asevera el regidor de Compromís.