La jornada festiva de Sant Gregori en Benicarló acabó con numerosas incidencias por el uso de un spray por parte de niños y jóvenes. En total fueron 82 las personas por irritación en los ojos a consecuencia del contacto de estos con la espuma de un aerosol que se vendía en los puestos de venta ambulante instalados con motivo de la romería por Sant Gregori.

Pero esta no es la primera vez que la fiesta en Benicarló se salda con incidencias ya que siempre ha estado unida a diversiones y juegos poco apropiados y que, con el paso de los años, han ido evolucionando. Si hace décadas los más jóvenes trataban de perseguirse y golpearse con una pelota rellena y cosida de cuero atada al extremo de una goma, en los últimos años esta costumbre evolucionó y las pelotas de cuero cosido rellenas se convirtieron en pistolas de agua.

Los incidentes no pasaban de llegar a casa con la ropa empapada, o en el caso de las pelotas, llevar la marca en alguna pierna durante un rato. Ahora, como explica el presidente de Protección Civil, Santiago Torres, la costumbre que se ha instalado entre los más jóvenes consiste en rociarse con un aerosol. Un material de venta totalmente legal autorizada para mayores de 14 años y que sirve para decorar los cristales de las ventanas en Navidad.

Este es el spray que ocasionó que en la jornada del miércoles dedicada a Sant Gregori fuesen atendidos por protección civil alrededor de 82 jóvenes y niños en una jornada en la que también se atendió otros incidentes. Entre estos incidentes, el más grave fue el de una mujer francesa que sufrió una caída y requirió puntos de sutura en los labios en el hospital comarcal. También hubo dos lipotimias y dos heridas por abrasión.

Una costumbre de hace años

Según señala Torres, el patrón de juego de este año y la costumbre de rociarse con este aerosol se lleva haciendo durante años. El año anterior tuvieron que atender a algo más de 40 jóvenes con el mismo problema de irritabilidad en los ojos. Eso sí, este año el número de atendidos ha aumentado considerablemente.

Según opina Torres, el aerosol ha sustituido a las pistolas de agua «porque no tienen ni disponen de puntos de agua donde recargarlas, por eso compran spray, si hubiera alguna fuente o grifos en los que recargar las pistolas, no se rociarían con este tipo de aerosoles. No están prohibidos, son de venta legal, pero se le ha dado un mal uso, porque en el bote ya indica que no hay que aplicarlo a los ojos».

Los síntomas, según cuenta una de las niñas afectadas atendidas por Protección Civil, era de «gran irritabilidad en los ojos unida a escozor». Síntomas que en la gran mayoría de los casos remitieron con la aplicación de suero fisiológico. De todos los casos atendidos por Protección Civil, solamente hubo algún caso en el que se precisó que fuesen atendidos en el centro de salud. El resto no revistió de mayores complicaciones.

Torres indica que en cuanto se tuvo constancia de que el aerosol estaba provocando irritación en los ojos, la Guardia Civil y Policía Local recorrieron las paradas del recinto para restringir la venta del producto. El precio de cada aerosol se eleva a 2 euros. Por su parte, el edil de Medio Ambiente, Ximo Bueno, destacó la rápida intervención,y a mediodía ya estaba controlada toda la venta de aerosoles en el recinto de la ermita de Sant Gregori.