Solo tiene 16 años y ya sabe lo que es sufrir acoso escolar, una agresión y hoy se enfrenta al juicio en el que se dirimirá si el supuesto agresor actuó por homofobia. Este joven castellonense, menor de edad, cuenta cómo desde segundo de Primaria empezó a sufrir los insultos y burlas de sus compañeros, y también algunos profesores, según cuenta en su entrevista a Levante de Castelló.

Una circunstancia que le ha desgastado hasta tal punto que él mismo reconoce que hubo momentos en los que no pudo más. «He pensado en varias ocasiones en quitarme la vida, porque me hago el fuerte, pero no lo soy», narra el joven castellonense.

El acoso escolar empezó en segundo de Primaria, aunque él no empezó a tomar conciencia hasta sexto. «Fue entonces cuando me di cuenta de lo que era. De más pequeño no sabía lo que me gustaba. Cuando me di cuenta que era homosexual yo lo conté, si me hubiera dado cuenta antes me hubiera defendido, pero cuando era tan pequeño no lo sabía», cuenta el joven.

Cuando desarrolló su sexualidad fue cuando se dio cuenta de que lo que le pasaba «no era normal». No era normal que se burlaran de su forma de hablar, de expresarse, de gesticular, de andar. No era normal que le insultaran por sentir como sentía. Y le ha pasado factura. «Nunca he estado bien con este tema, siempre lo he pasado mal, he tenido ansiedad y, hablando con mi madre, muchas veces se me han quitado las ganas de vivir», asegura.

Pese a que no ha denunciado ningún tipo de acoso escolar, el pasado mes de diciembre sufrió uno de los episodios más graves que le obligó a recurrir a la justicia. Fue agredido por otro chico, mayor que él. «Fue una agresión homófoba», asegura. Hoy es el juicio en la Ciudad de la Justicia de Castelló y, el joven está nervioso. «No sé que va a pasar. A veces pienso que tengo que estar tranquilo porque voy a contar la verdad pero luego ves algunos casos por televisión y me da miedo la resolución judicial», asegura.

Toda esta situación ha condicionado su vida personal. Se cambió de residencia para normalizar su día a día y tuvo que volver a mudarse para no encontrarse con su supuesto agresor. «Que siempre se metan conmigo, o por la calle, y luego en el instituto, para mí es muy duro. Puede conmigo. Estoy orgulloso de ser lo que soy pero es un tema que puede conmigo. Son tantos años que parece que nunca se vaya a acabar. Es por eso que muchas veces estoy mal. Por las noches pienso cuándo se va a terminar esto, cuándo llegará el día que vaya por la calle y no me digan nada. Hasta unos niños de diez años el otro día me insultaron. Que me llamen maricón puede conmigo, quiero ser fuerte pero por dentro no lo soy. Esa palabra ha significado mucho para mí todos estos años», asegura.

Le ha dejado huella

Explica que nunca ha denunciado el acoso escolar porque es «como que nunca va a terminar» y añade que «Me duele que haya gente que se suicide por este tema, sin conocerles, me causa mucho dolor, porque llegar a ese punto es muy duro». En su caso, la huella del acoso escolar es muy profunda. «No lo he superado, ahora que me voy haciendo más mayor me doy cuenta que, al fin y al cabo, es pasado, pero, por otra parte, intento no pensar en eso y aún me cuesta mucho hablar de este tema, con muy pocas personas lo hablo. Pero no sé si alguna vez se acabará todo o si lo superaré», señala.

«Y, siendo sincero, muchas veces he pensado en que se acabara esto, no me veía más fuerte para seguir adelante. Pero veo el apoyo de mi familia y pienso que no estoy solo, pero en otros momento me puede la soledad y pienso en hacer cosas que no debo hacer. Porque muchas veces me he planteado quitarme la vida.Y pienso que si lo hago ya no tendré que sufrir más», añade.

Estos días está especialmente nervioso porque hoy se va a encontrar a la persona que, supuestamente, le agredió. «Estoy nervioso porque nunca he estado en un juicio. Por una parte estoy tranquilo porque voy a ir con la verdad pero por otra estoy viendo cómo va la justicia y tengo miedo de lo que vaya a pasar. Me da miedo que gane», afirma.