El famoso barco de rescate Open Arms, de la ONG española Proactiva Open Arms ha atracado en el puerto de Borriana, lugar en el que permanecerá varias semanas, después de haber sido desbloqueado de un complicado proceso judicial en Sicilia.

Parte de su tripulación, que normalmente asciende a unas 19 personas entre socorristas, personal sanitario y de gobierno de la embarcación, fue acusada de tráfico ilegal de personas y asociación delictiva tras haber socorrido este 15 de marzo a 218 náufragos en aguas internacionales y negarse a entregarlos a los guardacostas libios, en lo que se habría convertido, como ellos explicaban, en una devolución en caliente, que finalmente no se produjo ya que los rescatados desembarcaron en el puerto de Pozzalo.

Como la misma ONG ha confirmado, la nave ya tenía establecido como punto de atraque el puerto de la capital de la Plana Baixa, pero su trayecto hacia España se vio truncado por los requerimientos legales de Italia.

Desde que hace dos años fuese donado a la ONG, El Open Arms, se dedica a «rescatar del mar a los refugiados que llegan a Europa huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza» en lo que muchos consideran como una de las situaciones de crisis migratoria de la historia, y ha conseguido salvar gracias a su labor las vidas de 5.160 personas en todo el Mediterráneo Central.

Pero su trabajo se vio interrumpido por la negativa de Italia a permitirles la entrada en el país, la burocracia del derecho internacional, que vio en su actividad una amenaza para los acuerdos sobre el Mediterráneo, y porque las autoridades marítimas libias acusaron a la organización española de violar sus aguas territoriales.

La organización, que en todo momento ha defendido su inocencia y la prioridad de defender las vidas humanas frente a cualquier traba , envió automáticamente un nuevo barco para cubrir el vacío del Open Arms, el Astral, que a raíz de sus 15.000 vidas salvadas y su repercusión en los documentales de Jordi Évole se ha convertido en su buque insignia.

Finalmente, y pese a que las investigaciones por parte de la fiscalía de Catania no han cesado, el juez instructor de la localidad siciliana de Ragusa, Giovanni Giampiccolo, dejó en libertad al Open Arms que, tras una escala en Malta, puso rumbo a España.

Ahora, ya en Borriana, este remolcador de los años 70 que anteriormente formó parte de la flota de Salvamento Marítimo, descansará durante al menos un mes mientras recibe una puesta a punto tras la que volverá al Mediterráneo y al trabajo incansable de rescatar a las personas que, desesperadas, arriesgan sus vidas y ven en el mar su única opción de supervivencia.