«Vivía peor que una cárcel. En una ocasión me dio [mi marido] un puñetazo por ponerme falda», declaró ayer una mujer ante el tribunal de la Audiencia de Alicante que juzga a su exmarido por violarla mientras dormía. El fiscal pide para el procesado 10 años de prisión por un delito de abusos sexuales y ocho meses por otro de coacciones.

La vista oral por estos hechos, ocurridos en 2008 el domicilio familiar del entonces matrimonio en la localidad de Benicarló, se celebró ayer en la sección 2ª de la Audiencia Provincial de Castelló.

La víctima compareció ante el tribunal mediante el sistema de videoconferencia y relató al tribunal que en la fecha en la que ocurrieron los hechos ella ya había manifestado a su marido su intención de separarse por el «maltrato y acoso» continuo a la que la sometía su marido. «Me controlaba todo. No me dejaba poner falda ni hablar con ningún hombre. Incluso cuando salía de casa, por ejemplo para ir a comprar, tenía que dejarme una nota por escrito adónde iba y a qué», explicó.

La mujer comentó que por aquella fecha ya le había comunicado a su esposo que no tenía ganas de mantener sexo con él, «pero el me respondía que lo haría cuando quisiera, por era su derecho por ser su mujer».

La víctima indicó que también se estaba medicando con fármacos para poder conciliar el sueño. «Una noche noté como si la cama se moviese, y al despertarme vi a mi marido sobre cama de rodillas con el pene en la mano», subrayó. Al día siguiente de estos hechos, la mujer señaló que autolesionó cortándose las muñecas con un cristal.

El fiscal mantiene que el procesado «en hora no determinada del día 23 de noviembre de 2008 cuando se encontraba en el interior del domicilio común, acudió al dormitorio en el que se hallaba su esposa, la cual se encontraba dormida sobe la cama y a sabiendas de que la misma previamente se había tomado unas pastillas para conciliar el sueño y con ánimo libidinoso comenzó a tocarle el cuerpo hasta bajarle el pijama, momento en el que el procesado se puso sobre ella y la penetró vaginalmente hasta eyacular, todo ello sin el consentimiento de la perjudicada, que se hallaba dormida, despertándose instantes después viendo al acusado de rodillas en la cama con el pene en la mano, el cual manifestó que no había hecho nada y que se durmiese».

El fiscal también sostiene que «durante el matrimonio y en todo caso con anterioridad al hecho referido, el procesado manifestó en varias ocasiones a su esposa, con el ánimo de menoscabar su integridad psíquica, expresiones tales como 'si me dejas me voy a matar, te quedarás sola tirada, tú estás en depresión eres una inútil y dependes de mí».