El pasado miércoles tuvieron lugar las resonadas elecciones a Rectorado pero también las elecciones a Claustro de la Universitat Jaume I. Estas últimas, que tienen acontecen cada dos años, implican también la renovación del Consell de l'Estudiantat, el máximo órgano de representación estudiantil de la UJI.

Una vez proclamados los resultados, se ha confirmado que SAÓ, el sindicato progresista hermanado a Joves Socialistes del País Valencià, repite el éxito que ya cosechó hace dos años, consiguiendo de nuevo mayoría absoluta, y estará al frente del Consell por segunda legislatura consecutiva. Paralelamente, Eva Alcón rompía otro techo de cristal en nuestra universidad: se convertía en la primera rectora de la historia de la Universitat Jaume I y, aunque por desgracia todavía sea la sexta rectora de los cincuenta campus públicos de todo el país, estoy convencido de que poco a poco será una circunstancia más común a lo largo y ancho del territorio español.

Volviendo al Consell de l'Estudiantat, me parece destacable el hecho de que en las últimas tres legislaturas -con esta cuatro-, hayan estado al frente del órgano fuerzas con una especial sensibilidad social que, con algunas diferencias en las formas y en el fondo, han -hemos- demostrado reivindicar siempre que todo aquel estudiante que quiera estudiar, pueda hacerlo. Que esto de la educación pública no sea un coto privado de unos pocos e intentar, con nuestro pequeño margen de acción, acercar poco a poco esa utopía que es la igualdad real de oportunidades. Poco a poco vamos dando pasos en esa dirección. Y seguiremos haciéndolo.

Si bien es cierto que seguimos sin conseguir cumplir uno de los principales retos y preocupaciones que nos habíamos auto-impuesto esta última legislatura, que era dar con la fórmula para conseguir una mayor participación electoral del estudiantado, hay que buscar la lectura positiva de estos resultados. Desde mi punto de vista, que las fuerzas progresistas alcancen los órganos de gobierno y representación en nuestra universidad es no solo una gran noticia, sino el reflejo de que toda una generación cree que las cosas se pueden hacer de otra forma. Porque es verdad: está en nuestras manos evitar que vuelvan tiempos oscuros en los que la política más rancia y casposa estaba al frente del Consell de l'Estudiantat. Porque la casposidad, en política, no responde a edades sino a métodos y formas de actuar.

Por otra parte, la Rectora entrante es una experimentada profesora con arraigados valores progresistas. Durante toda la campaña, su dedicación, transparencia y predisposición a trabajar codo con codo con las y los estudiantes han sido algunas de sus principales señas de identidad, por lo que considero que estos años venideros son una gran oportunidad para que la UJI avance a pasos agigantados. Si bien puede ser cierto que el objetivo ulterior compartido es conseguir que la Universitat Jaume I exprima todo el potencial del que dispone -que no es poco-, estoy plenamente convencido de que el tándem de mujeres Eva Alcón - Laura Alcaide (futura Portavoz del Consell de l'Estudiantat) conseguirá que al menos durante los dos próximos años, se avance en el camino hacia esa universidad pública, accesible, igualitaria y de calidad que todas y todos queremos.

Me gusta pensar que vivimos inmersos en una época de cambio o incluso en un cambio de época. Y aquí, las y los jóvenes nunca debemos perder ese espíritu crítico y reivindicativo que nos caracteriza. La sociedad necesita no solo que participemos, sino que seamos una parte activa en la toma de decisiones, que aportemos nuestra visión de la sociedad del siglo XXI y que demostremos por qué somos la generación más preparada de la historia de nuestro país. Está en nuestras manos hacerlo, quedarse de brazos cruzados ya nunca más será una opción.