El Juzgado de lo Penal número 3 de Castelló, en sentencia firme publicada el pasado 15 de mayo, ha condenado a un joven de 26 años a una pena de nueve meses de prisión como autor de la muerte de su perro, al que dejó atado con una cadena y un candado al somier de una cama del piso que abandonó, con falta de movilidad, sin agua ni alimento, provocándole una muerte dolorosa y lenta.

El fallo también considera acreditado el delito de maltrato animal e inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga que ver con los animales por tiempo de dos años.

La resolución se ha dictado cuatro años después del suceso. Así, los autos del atestado arrancan el 12 de abril de 2013, día en que, tras una intervención de la Policía Local de Castelló y el Uproma, motivada por quejas vecinales por el hedor que emanaba una vivienda en la calle Maestro Giner, los agentes hallaron a un perro muerto en el domicilio indicado y en condiciones de putrefacción.

El cadáver se encontraba en una estancia de la casa llena de basura, atado con una cadena a una cama. Los testigos y residentes identificaron al perro por las fotografías del atestado, aún a pesar del estado en que se encontraba, del que se infirió que podría haber fallecido hace un tiempo prolongado.

Los vecinos testificaron que escucharon durante semana y media al animal ladrar, aullar, llorar y rascar dentro de la vivienda. El habitante del domicilio era el hijo del dueño del inmueble -el joven entonces contaba con 21 años- y había abandonado dicha vivienda con la puerta de acceso rota. Por ello, se podía entrever el interior, abarrotado de basura. Solo cuando el hedor fue insoportable los propios vecinos decidieron avisar a la policía.

Aspac, acusación popular

La entidad de protección animal de Castelló Aspac ha sustentado la acusación popular, representada por su presidenta y letrada, Iratxe Arruti Elguezabal, y por la letrada Marian Llombart. Ambas inciden en la importancia de la sentencia dictada, como precedente de comisión por omisión del delito de maltrato animal, siendo cada vez más numerosas las sentencias dictadas en este sentido, debido al desamparo en el que se encuentran muchos animales en manos de quienes debieran protegerlos y procurarles los cuidados necesarios por ser los responsables de su bienestar.

Aunque desde Aspac reconocen que por fin comienza a ejecutarse justicia contra los maltratadores de animales, todavía exigen a los actores de lo jurídico penas más duras, aplicables en el marco del artículo 337 del vigente Código penal, y a los legisladores un endurecimiento del Código Penal que castigue con mayor contundencia las atrocidades que se cometen contra los animales, en un sistema que continúa minimizando y cosificando a los mismos, considerados como objeto de derecho pero no como sujeto de derecho. Los esfuerzos de concienciación y educación en empatía y respeto animal, en la actualidad deben ir irremediablemente unidos a la fuerza punitiva del Código Penal.

Asimismo, la protectora de animales pide una mayor implicación y colaboración ciudadana ante la menor sospecha de maltrato animal, puesto que una llamada a tiempo a la policía puede detener dichas conductas, que continúan produciéndose en una sociedad que pretendemos avanzada. Evitando así desenlaces fatales como en este caso, en el que el perro estuvo ladrando y aullando día y noche, hasta su agónico final.