La plataforma ciutadana No a la Contaminació-EAPV aplaude la iniciativa del Ayuntamiento de Castelló de abrir una mesa para analizar medidas contra los malos olores en Grau de Castelló. No obstante, la entidad señala que «para mejorar la calidad del aire se necesita algo más que una mesa, pero es el principio», precisa el colectivo en una nota oficial. « En esa mesa, además de los representantes de la industria contaminante, debe estar la Conselleria, los representantes vecinales y los ecologistas», añade el comunicado.

El colectivo ecologista también apunta que la Conselleria «debe asumir el control real de las actividades contaminantes y los ayuntamientos deben exigir ese control, por la salud de sus vecinos». La entidad subraya que mientras que la industria petroquímica y la industria cerámica en Castelló generan cuatro veces mas emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), 40 veces más de óxidos de azufre (SO2) y más de 30 veces de partículas PM10, que el tráfico, según los informes que aparecen en el Plan de Mejora d Calidad del Aire.

La entidad indica que en ciudades como València o Alicante, el trafico es el mayor responsable de los altos niveles de óxidos de nitrógeno y partículas, superando levemente a las de la industria, en Castelló, los valores de emisión de óxidos de nitrógeno emitidos por la petroquímica y la industria cerámica son más de cuatro veces más altos que los niveles de emisión del tráfico, según los estudios previos al Plan de Mejora de Calidad del Aire, vigente en las comarcas centrales de la provincia. «Si a ello sumamos los altos niveles de partículas emitidos por la industria, que superan más de 30 veces los emitidos por el tráfico, o los de óxidos de azufre (SO2) en más de 60 veces, es evidente que un estricto del control de esas emisiones y la aplicación de medidas correctoras eficaces mejoraría sensiblemente la calidad del aire en nuestras comarcas», explica.

«Es de destacar también los altos niveles de COVs (compuestos orgánicos volátiles), Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs) y amoniaco, posibles orígenes de los fuertes olores detectados en el Grao y que, sobre todo en invierno, suelen aparecer para quedarse, sobre todo en horas nocturnas», concluye.