Nacho Martín, Castelló Las excavaciones arqueológicas que se iniciaron tres meses atrás en la plaza de la Hierba con motivo de las obras del bus guiado han entrado en su recta final y podrían concluir esta misma semana siempre que no surgieran imprevistos o hallazgos de última hora, según informaron fuentes próximas a la Conselleria de Cultura.

Una vez los inspectores de la conselleria confirmen la conclusión del trabajo arqueológico se procederá a cubrir los hallazgos con geotextil, al objeto de garantizar su preservación, antes de que la adjudicataria construya el firme sobre el que se instalará una parada del bus guiado.

Quedará en manos de los técnicos de la conselleria decidir si la estructura que protegerá los hallazgos va a permitir que algunas partes de los restos arqueológicos sean visibles para los viandantes gracias a una cobertura diáfana.

Por lo pronto, el vicealcalde de la ciudad, Javier Moliner, manifestó públicamente el pasado 28 de septiembre que el ayuntamiento está «completamente abierto a cualquier solución que pueda poner en valor este patrimonio lo máximo posible» .

Las excavaciones arqueológicas de la plaza de la Hierba han sacado a la luz más de 50 esqueletos enterrados en la primitiva iglesia de Santa María (datada del siglo XIV) que todavía deben ser analizados para poder datar su fecha exacta y ser entregados posteriormente al Museo de Bellas Artes de Castelló.

Los mencionados trabajos arqueológicos, que se desarrollan desde el pasado 14 de agosto en el marco del seguimiento de las obras del bus guiado, también han permitido documentar tres silos y muros de diversas viviendas de construcción medieval fechadas entre los siglos XIV y XIX. Además, en la zona han aparecido piezas de cerámica con dataciones comprendidas entre finales del siglo XIII y el siglo XIX.

Tanto los muros de técnica medieval como uno de los silos dibujan una continuación de lo que pudo ser en su día la casa del Celler del Bisbe , emplazamiento donde posteriormente se alzó la Casa Abadía. Un posterior análisis forense de los esqueletos permitirá delimitar con mayor exactitud la composición de la ciudad original de Castelló documentada por Vicente Traver Tomás y descifrar un rompecabezas donde aún hay piezas que no encajan.

Las principales dudas versan sobre las orientaciones de la primitiva iglesia de Santa María, dado que la alineación de las estructuras halladas propician más de una hipótesis.

De cualquier modo, el descubrimiento permite arrojar nueva luz sobre detalles de la historia de la ciudad que la plaza de la Hierba ha guardado bajo tierra durante siglos. Ahora, la decisión sobre el futuro de los restos queda en manos de Cultura.