El optimismo podría estimular el sistema inmunitario, y por lo tanto la actitud que adoptamos ante las enfermedades; esta es una de las conclusiones a la que llegan investigadores de la Universidad de Kentucky (EE.UU) en la revista Psychological Science. La función inmunitaria es diferente según el individuo sea más o menos optimista.

Los científicos determinaron el nivel de optimismo en más de un centenar de estudiantes, para después administrarles mediante inyección un antígeno que estimula el sistema inmunitario y que produce un bulto en la piel; a mayor protuberancia mayor respuesta inmune. Además, vieron que la respuesta inmunitaria era mayor (bulto gordo) a medida que éstos eran optimistas, si los estudiantes se volvían pesimistas el volumen se reducía. El estudio también concluye que cuando las personas se sentían más optimistas, eran más alegres, atentas y felices, y en consecuencia optaban por vivir de una forma más saludable y cumplir con las recomendaciones médicas.

En otro estudio del mismo grupo, publicado en verano de 2009 en la revista Circulation, y realizado en 97.000 mujeres postmenopáusicas, los investigadores demostraban que el optimismo tenía efectos beneficiosos en el corazón y favorecía la longevidad; es decir, las mujeres optimistas tenían los perfiles de riesgo cardiovascular más estables (menos infartos, anginas, angioplastias o bypass), con menor incidencia de hipertensión arterial y de diabetes, e incluso éstas optimistas hacían más ejercicio y fumaban menos. Por el contrario, las mujeres pesimistas y de hostilidad cínica elevaban su presión sanguínea, con ritmos cardiacos más acelerados, y mostraban tasas más altas de mortalidad, tanto cardiovascular como debida a ciertos tipos de cáncer, que las mujeres optimistas.

Por otro lado, esta misma semana, se publica en el Journal of Occupational and Organizational Psychology un estudio de la Universidad de Wright (Ohio, EE.UU), que afirma que las personas que disfrutan de la vida son más felices en el trabajo. Los investigadores han revisado en su análisis más de 200 estudios anteriores, publicados entre 1967 y 2008, para afirmar que «si se es infeliz en la vida es poco probable que se encuentre satisfacción en el trabajo». Tomen nota.

La risa «ofrece» vida

Podemos considerar la risa como una expresión de la diversión, o como una respuesta biológica a las situaciones de humor, pero este «suceso» no es exclusivo de los humanos. En 2008, se publicaba un estudio en Biology Letters realizado en orangutanes que les atribuía, evolutivamente hablando, la «invención» de la risa. Los investigadores de la Universidad de Portsmouth (Gran Bretaña) concluyeron que nuestros ancestros primates fueron los primeros en reírse, en desarrollar las «expresiones faciales que forman la base de la risa», mucho antes de que aparecieran los primeros humanos. Incluso estos animales cuentan también con el sentido de la empatía (identificación afectiva) y del mimetismo que provoca la risa; son capaces de copiar las expresiones faciales, en ellos, abrir su enorme boca («risa»). El estudio relaciona estas expresiones primitivas de la risa con las que les produce el cosquilleo, la vocalización es semejante; en estos animales la «risa» es también contagiosa, especialmente durante los juegos en orangutanes jóvenes.

Otro estudio publicado hace unos días en Psychological Science, afirma que sonreír prolonga la vida. Investigadores de la Universidad Estatal de Wayne (Detroit) estudiaron cientos de fotografías de jugadores de beisbol que participaron en las «Grandes Ligas» desde 1950 y clarificaron sus caretos en «sin sonrisa», «sonrisa parcial», y «sonrisa plena», además de obtener datos sobre su salud y longevidad. Y concluyeron que aquellos jugadores que mostraban una amplia sonrisa, en las fotografías, habían vivido más años, lo que les indica que la felicidad alarga la vida. Los de «sonrisa plena» (resaltan mejillas, comisuras de labios y aparecen las patas de gallo) habían vivido más de siete años que los de «sin sonrisa».

Por lo tanto, estamos ante otro de los efectos beneficiosos de la risa, la longevidad, que sumamos a que favorece digestión y evacuación (contrae músculos abdominales y mueve vísceras), libera endorfinas (favorece la elasticidad de arterias), aumenta el ritmo cardiaco, y nos libera del temor y la angustia, y aplaca la ira. Y todo ello con incidencia directa en nuestro cerebro, en la amígdala y el hipocampo.

La sonrisa es reflejo del optimismo y de la felicidad, practíquela que no tiene contraindicaciones.

De qué se ríen las hienas manchadas

Científicos de las universidades de California (Berkeley) y Jean Monnet (St Etienne, Francia) dicen en la revista BMC Ecology, que los sonidos de la risa de las hienas contienen información importante sobre el rango social del animal. Los científicos estudiaron 26 hienas manchadas (Crocuta crocuta), mantenidas en cautiverio, y registraron los sonidos durante sus interacciones sociales. Los investigadores confirman que el tono de la risa del animal revela su edad y las variaciones en la frecuencia de las notas utilizadas, e incluyen información sobre el nivel social adoptado: animal dominante o subordinado. El estudio también sugiere que los animales transmiten su estatus por medio de su risa, que a menudo utilizan cuando están peleando por comida. Antes, estos sonidos, eran considerados un gesto de sumisión.