Niña y niño, muñeca y coche, rosa y azul. Investigadores de la Universidad de Londres han presentado en la sesión anual de la British Psychological Society los resultados de un estudio que esclarece si existen juguetes específicos, preferencias en la elección, en función del sexo de los niños. Tras preguntar a más de 300 adultos cuales podían ser los juguetes favoritos de chicos y chicas (el 90% dijo muñecas para ellas y coches para ellos), los mostraron (hasta siete juguetes distintos) a niños y niñas de nueve meses de edad. Los resultados demuestran que los chicos eligieron el coche, la excavadora y la pelota, sin detenerse en muñecas, peluches o imitaciones en plástico de cacharros de cocina; mientras que las chicas hicieron lo contrario.

Para los autores del estudio los niños se fijan más en juguetes que se mueven, de acción, y las niñas en juguetes que representan figuras humanas, rostros y que se relacionan con la alimentación (en este caso cuchara, olla y verduras de plástico). Estos resultados planean dos vías de explicación, o los pequeños de nueve meses (curiosos exploradores del medio en el que se mueven) tienen ya preferencias innatas sobre ciertos objetos, o bien está actuando sobre sus criterios de selección la socialización, la influencia de su entorno familiar, de «lo que ven en casa»; aunque en el mismo artículo se cita que la participación de madres y/o padres en las tareas del hogar, por ejemplo, no tuvo influencia en los resultados.

Estas preferencias por sexo se fueron agudizando con la edad de los niños, y a los 36 meses las niñas mayoritariamente jugaban con muñecas (habían abandonado los peluches) y los niños se entretenían más con juguetes que representaban vehículos (ignorando la pelota). Otro estudio anterior, realizado con niños y niñas de pocos días de vida, demostró que los pequeños varones se fijaban más en objetos en movimiento, mientras a las niñas les atraen más la observación de rostros y figuras humanas.

Videojuegos hostiles

Los pequeños comienzan cada vez a más corta edad a integrar en sus vidas los videojuegos; y surgen una serie de dudas en los padres, como por ejemplo, si los videojuegos violentos generan hostilidad o si los videojuegos pueden reducir las horas de sueño entre sus usuarios.

Estos días se publica en la revista Review of General Psychology un estudio de la Universidad de Utrech (Holanda) que indica que los videojuegos violentos si pueden aumentar la agresividad y la hostilidad en los jóvenes, pero no en todos, pues en otros jugadores demuestran que mejora sus capacidades visuales y espaciales; el estudio indica también que fomentan la participación en redes sociales, lo cual no deja de sorprender.

En definitiva, y para estos investigadores holandeses, los videojuegos violentos no son perjudiciales para la gran mayoría de los muchachos; y si perjudicarían a los jóvenes que dispusieran anteriormente de problemas de personalidad o mentales. Así que interesa conocer si podemos detectar que jóvenes son más susceptibles a generar hostilidad tras el uso de videojuegos violentos. La respuesta la obtenemos de un estudio de la Villanova University (Pensilvania, EE.UU) que determina a los susceptibles como aquellos que tienen tendencia a la depresión, que muestran indiferencia a los sentimientos de los demás, que no cumplen con sus promesas, y que con facilidad rompen las normas de convivencia en casa o en el colegio y se irritan con demasiada frecuencia; con estos rasgos no deben de usarse estos tipos de videojuegos violentos.

La otra cuestión que se plantea es si jugar con los videojuegos de carácter violento antes de dormir, tiene algún efecto sobre la conciliación del sueño. La respuesta la ofrecen en Journal of Clinical Sleep Medicine investigadores del Massachusetts General Hospital (Boston, EE.UU), al demostrar que estos jugadores (adolescentes de 14 a 18 años) apenas tardaron un poco más de tiempo en dormirse (7,5 minutos), que aquellos compañeros que invirtieron ese tiempo «pre-Morfeo» en ver un documental sobre la vida y milagros de los pingüinos. Aunque los investigadores declaran en el estudio que no fueron financiados por la industria de videojuegos, los tiempos a los que sometieron a los jugadores, en sus experimentos, fueron los recomendados por las compañías en sus manuales, es decir, cincuenta minutos. Y esto quizás sea un hándicap, pues todos sabemos que cincuenta minutos es poco tiempo para que los adolescentes se inmiscuyan emocionalmente en la «batalla». Así pues, vía libre a los juguetes tradicionales, y con los videojuegos violentos precaución.

A más amigos en el «cole», mejores notas

Los amigos de la escuela podrían tener mucho que ver con el éxito académico de los adolescentes, según sugiere un estudio publicado en Journal of Research on Adolescence. En el trabajo, realizado por psicólogos de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU), participaron 630 estudiantes que contestaron un cuestionario y mantuvieron un registro de actividades, como el tiempo que pasaban estudiando y el tiempo que pasaban con los amigos que eran de la escuela y que no lo eran. Los estudiantes con un mayor promedio académico tenían más amigos en la escuela que fuera de ella. Los resultados no significan que las amistades que provienen de fuera de la escuela no sean beneficiosas; esas amistades siguen siendo importantes en términos de satisfacer las necesidades sociales de los adolescentes.