Si la semana pasada contábamos que un grupo de investigadores, entre los que me incluyo, hartos de que la Ciencia en España no sea una prioridad y una cuestión de estado, independientemente del cenizo que nos gobierne, escribían al presidente del Gobierno para decirle ¡basta ya! no juguéis con los presupuestos de I+D. Ahora, la COSCE (30.000 científicos) advierten de una serie de deficiencias económicas para el futuro de la ciencia.

El estudio efectuado por esta organización, que aglutina a más de 70 sociedades científicas españolas, tiene como objetivo analizar en detalle los presupuestos generales de 2011, para que la comunidad científica, las empresas dedicadas a la innovación y la sociedad en general, conozcan los recursos que el gobierno destina al sistema de Ciencia e Investigación, y por lo tanto, puedan aprobar o no su idoneidad. Así, este año, el descenso de todos los recursos destinados a ciencia se calcula en un 7,4% en términos corrientes, y si añadimos la inflación prevista, estaríamos hablando de más de un 10%, que sumado al 5% de reducción del año pasado y al estancamiento en 2009 en términos reales, la «capacidad de compra» (realidad) que dispondrá el sistema científico español en 2011 será la misma que tenía (proporcionalmente) en 2007.

Según el informe de COSCE, este descenso es generalizado en todos los Ministerios que tienen competencias y programas de investigación; lo cual no se entiende si existe ya un Ministerio de Ciencia (+i) que debería gestionarlo todo. Dos ministerios, Ciencia e Innovación e Industria, Turismo y Comercio, que concentran más del 90% de las dotaciones para I+D+i en 2011, también ven reducidos sus presupuestos, con respecto al año anterior, en un 2,7% y 16,1%, respectivamente. Del resto de Ministerios con ciencia, algunos sufren importantes recortes como Defensa (12,1%) y Sanidad y Política Social (49,1%), mientras que sólo uno, Educación, ve incrementadas sus partidas en un 8%.

Con respecto a programas y acciones especificas de I+D+i, que pueden englobar a la vez a varios Ministerios, el recorte presupuestario es general, con la excepción de Coordinación de la Investigación Científica que aumenta un 2%, que será anulado por el aumento de los precios, indica COSCE. Una de las partes más tecnológicas del sistema de ciencia, donde tendríamos que apostar con firmeza si se cree en la transmisión del conocimiento y en el bienestar de la sociedad, también ven mermados sus recursos financieros para 2011, como son los programas de Investigación Científica, Tecnología Industrial, Fuerza Armadas y Defensa, y Telecomunicaciones; esta última con recortes del 28%. Alguien debería de leer más la prensa estos días, y darse cuenta que el mundo se agita con rapidez a través precisamente de estas herramientas.

La lectura del informe no tiene desperdicio en más de 60 páginas (léase en www.cosce.org), que también incluye a los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) que reducen su presupuesto un 7% de media, y que con respecto a 2009 representa un retroceso acumulado superior al 18%. Organismos como el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ven reducidas en 2011 sus partidas presupuestarias del 6% al 15%.

Otro aspecto que destaca el informe, que recorre «bisturí en mano» los Presupuestos Generales del Estado, es que, pese a ser la primera vez en los últimos años en que no se aumenta el volumen de los créditos, su peso en el total de la financiación sigue planteando interrogantes a las entidades públicas, que quieren y deben hacer investigación, especialmnete sobre su acceso y a las empresas españolas por las dificultades de ejecución de esas partidas. Es decir, poco dinero, complicado de conseguir y mal gestionad; una verdadera ruina.

Toda esta lista de despropósitos señalan que España deja de confiar en el conocimiento como una vía de progreso y de salida de la actual crisis económica, y deja en muy mal lugar a todos los responsables políticos del estado, con y sin memoria, sin o con ciencia, que no una, ni otra, si no cientos de veces, nos han vendido humo, una idea contraria a la realidad presupuestaria. Y si añadimos a la ecuación de la situación de la ciencia en España los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, que indican que en 2009 se redujeron los fondos de I+D en las empresas un 6% y los de «i» (innovación) en más del 11% (2010 y 2011 prosigue la tendencia), comprenderán que dedicarse a la Ciencia en España es un mal sueño...

2.500 científicos contra la Ley de Ciencia

Científicos españoles han presentado esta semana al presidente del Gobierno un manifiesto por el futuro de la investigación, y su protesta firme por la actual Ley de la Ciencia que aprobada hace un año, está en trámite parlamentario. La carta que fue comentada en estas páginas la semana pasada (El preocupante futuro de la Ciencia en España), revela el peligro de perder varias generaciones de investigadores que han sido una de las bases del crecimiento de la producción científica española. Una reducción del presupuesto de I+D implica una pérdida de credibilidad en el sistema de ciencia español, mientras que reducimos nuestra competitividad, y no es de extrañar, por lo tanto, que los jóvenes mejor preparados salgan del país para tener la oportunidad de desarrollar una carrera investigadora clara y digna.