Conocíamos que pequeñas dosis de aspirina podrían disminuir el riego de sufrir infartos en personas que nunca tuvieron una enfermedad cardiaca. Un estudio, publicado estos días por la Universidad de Alabama (EE.UU), en la revista American Journal of Cardiology, añade que este consumo de aspirina no parece que disminuya las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular o incluso de morir por infarto.

Los investigadores de la Escuela de Salud Pública, que contaron para la realización del estudio, con la ayuda de la inventora de la aspirirna, la farmaceútica Bayer AG, indican que todo el mundo, antes de consumir este fármaco (anticoagulante), está obligado a consultarlo con su médico, pues la aspirina eleva el riesgo de padecer úlceras sangrantes (1 por mil). Más de 100.000 personas, desde 45 años de edad, sin problemas cardiacos, participaron en este estudio que demuestra una reducción en los ataques al corazón no letales, del 19% entre los que tomaban aspirina, y al comparar con los ausentes del acetilsalicílico.

Otros investigadores de la Universidad de Washington (Seattle, EE.UU), que no participaron en este estudio, han indicado que la aspirina es claramente beneficiosa para las personas que ya tuvieron una enfermedad cardiaca, y en aquellas personas que tienen diabetes u otros factores de riesgo de enfermedad cardiaca (obesidad, tabaquismo…) es razonable el consumo de esta molécula. Sin embargo, el nuevo estudio otorga a la aspirina, según sus autores, un valor neto incierto, que impide recomendar de manera generalizada su consumo para prevenir enfermedades cardiovasculares.

El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de Madrid, publica en la revista Heart un estudio que afirma que los infartos «matutinos» son los más graves. Desde hace varias décadas se conoce que la incidencia de un ataque al corazón varía con la hora del día, siendo el comienzo de la mañana cuando más problemas cardiacos ocurren. Ahora, el estudio español indica que desde las 6 a.m a las 12 a.m el corazón es más vulnerable, y por lo tanto, los ataques cardiacos se vuelven más graves; en concreto, parece que en ese periodo del día es probable que, si hay infarto, se dañe un 20% más de tejido cardiaco, que si el suceso ocurre por la tarde o incluso a medianoche.

La valoración del daño muscular se realizó en 800 individuos, determinando los niveles de dos proteínas, creatina quinasa y troponina-I. Los análisis revelaron un aumento del 21%, en su concentración sanguínea, en aquellos individuos que sufrieron un infarto «matutino», al compararlo con los que tuvieron ataques cardiacos por la tarde o noche. Otro detalle que destaca de este estudio es que los ataques cardiacos que ocurrieron en la pared trasera del corazón causaron un daño mayor que los que sucedieron en otras áreas. En el origen de esta vulnerabilidad cardiaca de la mañana, podrían estar, por ejemplo, las fluctuaciones circadianas en las síntesis de neurotransmisores o de cortisol, que alterarían el funcionamiento de las células cardiacas. Detectado el periodo de tiempo mas difícil para el corazón, toca que los servicios sanitarios realicen una gestión más efectiva en esas seis horas, de 6 a 12 de la mañana, para optimizar las recuperaciones.

Numeroso especialista en salud coinciden en señalar que los ejercicios aeróbicos, ya sean sobre cinta para caminar o en bicicleta, son la mejor manera de disponer de un corazón sano. Hace unos días la revista Archives of Internal Medicine publica un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, que afirma que el «Tai Chi», antiguo ejercicio chino, mejoraría la vida de los enfermos de insuficiencia cardiaca. Este ejercicio que incluye movimientos fluidos, técnicas de respiración, de equilibrio y cambios en la distribución del peso durante su práctica, ya se había mostrado beneficiosos para hipertensión, fibromialgia, y ciertas enfermedades musculoesqueléticas y relacionadas con el equilibrio.

Además, los amigos del «Tai Chi» mostraron un mejor estado de ánimo, y quemaron más calorías. Así pues los pacientes con insuficiencia cardiaca, que tienen dificultad para bombear adecuadamente la sangre al corazón, además de congestión venosa crónica, inflamación de los tobillos y dificultades para incorporarse al ejercicio, puede que encuentran en el milenario «Tai Chi» un aliado cardiosaludable.