Levante-EMV, Washington

Un grupo de ingenieros en la Universidad de Washington ha utilizado por primera vez técnicas de fabricación a escalas microscópicas para combinar una lente de contacto flexible y biológicamente segura, con fuentes de luz y un circuito electrónico impreso.

Mirando a través de una lente terminada, usted vería, de forma superpuesta al mundo exterior, lo que generase el display incorporado en la lente. Hay muchos usos posibles para estas pantallas. Las personas al volante de un automóvil o los pilotos de aeronaves podrían ver la velocidad de un vehículo escrita en números al mirar por el parabrisas. Las compañías de videojuegos podrían usar las lentes de contacto para sumergir por completo a los jugadores en un mundo virtual sin restringir su movimiento. Y para las comunicaciones, las personas que no pudieran o no desearan recurrir a un monitor físico podrían navegar por internet mirando una pantalla virtual de proyección semitransparente, en el aire, que sólo ellas podrían ver.

El dispositivo prototipo contiene un circuito eléctrico con diodos emisores de luz roja, capaces de componer las imágenes en la pantalla virtual. Las lentillas fueron probadas en conejos durante periodos de hasta 20 minutos, y los animales no mostraron efectos adversos.

Colocar o retirar el «ojo biónico» podría ser tan fácil como poner o quitar una lente de contacto, y, una vez instalado, el portador no debería notar durante horas molestia física alguna por la presencia en su ojo del dispositivo.

Construir las lentillas con display fue un reto debido a que los materiales que son seguros para el uso en el cuerpo humano, como los materiales orgánicos flexibles utilizados en lentes de contacto, son delicados. La fabricación de circuitos eléctricos, sin embargo, requiere de materiales inorgánicos, temperaturas muy calientes y productos químicos tóxicos.

Los investigadores construyeron los circuitos a partir de capas de metal de sólo algunos nanómetros de espesor, aproximadamente una milésima del grosor de un cabello humano, y fabricaron diodos emisores de luz de un tercio de milímetro.

La lente de contacto prototipo no corrige la vista del portador, pero la técnica podría ser usada en una lente correctiva.