Según ha explicado a EFE el responsable de fabricación de biomateriales de ese centro, Francisco López, la pureza del aire es "importante" en los procesos de investigación porque se fabrican "estructuras que tienen un tamaño de micra, por lo que los dispositivos pueden dejar de funcionar por el contacto con partículas de esas mismas magnitudes", tales como una mota de polvo.

La sensibilidad y precisión de esa maquinaria es similar a las exigencias de las de quirófanos de los hospitales, aunque algunas partes de esa sala limpia de 500 metros cuadrados superan a las particularidades de los centros sanitarios.

"La sala de clase 100 se ha construido de manera que el aire es aspirado e impulsado a través de agujeros en las losas del suelo y filtros, un proceso que se repite continuamente de manera que haya menos de 100 partículas menores de 0,5 micras por cada metro cúbico de aire", ha precisado López.

Tal obra de ingeniería y arquitectura "a la carta", como el arquitecto Juan de Dios López la ha descrito, ha dispuesto de un presupuesto de unos 9,6 millones de euros y más de dos años de construcción, ya que se prevé finalizar el próximo verano.

El centro consta de un semisótano en el que se almacena un sistema de generación de aire puro que se distribuye por conductos de gran tamaño y que mantiene además la sala limpia aislada mediante muelles específicamente construidos para ese edificio con la colaboración del departamento de arquitectura y acústica de la UPV.

"Hay una zona perforada en la base de la losa por donde cogemos el aire, lo purificamos, lo climatizamos, lo purificamos y lo volvemos a lanzar a la sala limpia", ha precisado el arquitecto.

Pérez ha subrayado las dificultades de un proyecto de alta precisión que supone coordinar y planificar todo un edificio en función de estas condiciones, como es el caso de los cristales con un filtro amarillo o una falsa fachada necesarios para proteger de la luz exterior los laboratorios.

"Los filtros amarillos en las ventanas sirven para que la parte azul de la luz no llegue y revele la resina con la que trabajamos, igual que en el caso de una laboratorio fotográfico", ha señalado el responsable del centro, físico de profesión y especialista en el ámbito de la fotónica.

Concretamente, en esa habitación especial, se crearán e investigarán circuitos micro o nanofotónica en los que, "en lugar de electricidad, se opera, se genera, se modela, se amplifica y se detecta la luz, de manera que consiguen aplicaciones en telecomunicaciones para fibra óptica, biosensores para medicina o sensores de gas, entre otros", ha explicado.

Por el momento, el Centro de Tecnología Nanofotónica, uno de los pocos especializados en este sector tecnológico en España, ha conseguido la creación de biomateriales capaces de producir la invisibilidad y fotosensores que detectan la enfermedad de la sepsis.