Esa estrategia debería quedar acordada la próxima semana en la Conferencia Mundial sobre el Clima que tendrá lugar en Ginebra, y que, tal como está diseñada, estará basada en una red de servicios climáticos de alcance mundial que permitiría que los países más avanzados compartan sus conocimientos con las naciones en desarrollo.

Sobre el riesgo acrecentado en los Alpes, el subdirector de la Oficina Federal del Medioambiente de Suiza, Andreas Götz, explicó hoy que cada vez es más probable que las crecidas de ríos provoquen inundaciones y que haya precipitaciones intensas que generen deslizamientos de tierra.

Advirtió asimismo de que la capa subterránea de hielo afectará a la estabilidad de las pendientes montañosas, en tanto que las sequías estivales tendrá una influencia negativa en la silvicultura, la agricultura, la navegación y el aprovisionamiento de agua.

Götz sostuvo que estas son algunas de las razones por las que Suiza, como país anfitrión de la Conferencia Mundial sobre el Clima, defiende la importancia de desarrollar nuevos instrumentos para vigilar la evolución del clima.

Indicó que Suiza ya cuenta con técnicas muy sofisticadas para controlar distintas situaciones de riesgos -como inundaciones, caídas de piedras y avalanchas- y prevenir sus consecuencias.

En relación al derretimiento de los glaciares, el funcionario reveló que se utilizan cámaras de vídeo para vigilar de manera permanente los movimientos de la nieve y la velocidad a la que ocurren.

Asimismo, se han colocado sensores en glaciares para detectar cualquier movimiento o ruido inusual, que luego son verificados por expertos que se desplazan al lugar.

Ello va acompañado -agregó- de un sistema de alerta para las poblaciones que pudiesen resultar afectadas por un incidente.

Se espera que, con el fin de mejorar la prevención de desastres inducidos por el cambio climático, la Conferencia sobre el Clima también adopte medidas para mejorar los servicios climáticos existentes y lograr integrarlos en una red mundial.

Además, esa reunión servirá como plataforma de diálogo entre los organismos que proveen las informaciones climáticas y los usuarios (gobiernos y sectores económicos), de modo que los primeros adapten sus servicios a las demandas de los segundos.

Esta Conferencia sobre el Clima, que es la tercera en la historia (las anteriores tuvieron lugar en 1979 y en 1990), precederá a la Conferencia de las Partes en la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, a celebrarse en Copenhague (Dinamarca) en diciembre.

En ella se espera que los países acuerden nuevos objetivos para reducir la emisión de los gases causantes del cambio climático.

Sin embargo, los organizadores de la conferencia de la próxima semana en Ginebra han aclarado que su contenido será técnico y no político, de modo que no están previstas negociaciones informales destinas a acelerar el proceso de Copenhague.