Laura Sena, Aldaia

A tan sólo cinco días para la reunión a la que les ha citado el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, una veintena de juntas locales falleras -la mitad de las que habían confirmado asistencia- y 120 comisiones de diversas ciudades se reunieron ayer noche en Aldaia para debatir sobre la problemática de los casales y reclamar a la Generalitat Valenciana una normativa específica para las licencias de actividad. La amplia respuesta a la convocatoria de la Junta Local Fallera de Aldaia y las comisiones de la población dejó entrever que el mundo fallero opta por seguir las acciones de presión al Consell para lograr que esa normativa sea "lo más flexible posible" y adaptada a "las actividades que realmente hace una falla". Hasta allí acudieron JLF de ciudades como Torrent, Sagunt, Gandia, Alzira, Bétera y la mayoría de la comarca de l'Horta. Un dato significativo es que no acudió nadie de la Junta Central Fallera de Valencia.

De hecho, los representantes de las fallas respaldaron ayer un documento en Aldaia por el que piden al Consell que "para posibilitar la adecuada aplicación de la Ley 4/2003, se incluya en el nomenclator un apartado específico que regule las actividades de los casales falleros, en los que se realizan actividades socioculturales no lucrativas". En el turno de palabras que se inició la mayoría de representantes falleros coincidió en la necesidad de la normativa porque "tenemos que tener defensa jurídica ante posibles denuncias". No obstante, mientras algunos defendían la necesidad de consensuar "los mínimos requisitos para que todas las fallas puedan legalizarse", como propuso un miembro de Bétera, desde Gandia se incidió en que "no se pueden pedir medidas que incumplan leyes ya existentes de accesibilidad, seguridad o ruido".

Desde una comisión de Valencia se alertó de que "puede que la regulación ayude a unos pero no a otros porque muchos no podríamos costear una insonorización".

La petición de Aldaia indica que la finalidad es "buscar el equilibrio entre el derecho al ocio y a las fiestas tradicionales con el derecho al descanso de los ciudadanos". También en el documento dice que "las fallas son una fiesta con una arraigada tradición en la Comunitat Valenciana" y "un atractivo turístico muy importante" y que los casales son "centros de reunión social de los barrios" y espacios "de carácter sociocultural donde se celebran actividades diversas, entre las que destacan el teatro, danzas populares valencianas, juegos de mesa y cenas de convivencia".