A Francisca Ruiz no le da ninguna vergüenza decir que está viviendo "dignamente, pero como una miserable" ya que su situación económica y familiar es "muy dramática". Lo que sí le daría vergüenza "es que la gente viera que no tengo a mi familia atendida, porque para mí ellos son lo primero".

Esta mujer lleva al cuidado de su hija Alicia desde que ésta sufrió un accidente y quedó postrada en una cama en su casa de Burjassot. Desde entonces sólo se separa de ella las horas que la chica acude a un centro de día desde hace un año. Pero las desgracias no han parado de llegar a esta familia desde hace más de una década.

Y es que a Francisca le diagnosticaron un cáncer de mama hace diez años y tuvo que someterse a un duro tratamiento de quimioterapia y a una mastectomía de la cual le ha quedado una gran cicatriz. Además, tiene artrosis en las manos, lumbago y un grado de minusvalía del 58%. Por ello, hasta el año pasado le pagaban cerca de 300 euros, que dejó de percibir porque cambiaron los baremos que rigen este tipo de ayudas no contributivas. Ahora no cobra nada.

Así que su familia sobrevive con los menos de 500 euros que el Estado paga por la discapacidad de Alicia. Pero las ayudas que Francisca solicitó para la Ley de Dependencia hace dos años no han llegado. Ni siquiera le han confirmado que se la vayan a dar a pesar de que su hija tiene un grado de discapacidad de 89%. "No se puede levantar, lleva paquete, le tenemos que dar de comer, de beber, la bañamos entre dos o tres porque es muy grande y no podemos con ella", recalcó esta vecina de Burjassot.

"Es una gran injusticia. Me quitan la pensión y la ayuda para mi hija no llega. No tenemos prácticamente ni para comer", manifestó.

Solidaridad de vecinos

y ayuntamiento

Los vecinos conocen bien la situación de Francisca y su familia. Y son muchos los que se vuelcan con ella. El hecho de tener en acogimiento a los dos nietos también le reporta unas ayudas mensuales que, la mayoría de veces, no llegan ni a los 100 euros por cada uno. Y si no tiene leche para que desayunen, su vecina Carmen Collado le da dos vasos. Lo mismo que hace Francisca cuando alguien la necesita. Algunas tiendas del barrio donde vive, las 613 viviendas de Burjassot, fían a esta mujer para poder alimentar a su familia. Y es que el dinero que corresponde a su hija Alicia por su dependencia iría a parar al centro de día de Ivadis donde acude a diario y continuará pagando de su bolsillo otros 120 euros. El consistorio paga a la eléctrica. j. f. p. burjassot