No hay que irse muy lejos para poder contemplar a este fósil viviente y en verano puede encontrarse en algunas balsas cercanas a Alcublas que no estén frecuentadas por el ganado. Este ser tan extraño de la imagen es el Triops cancriformis, un crustáceo branquiópodo del género de los notostráceos que ostenta el record mundial de permanencia sobre la faz de la tierra, ya que lleva unos 220 millones de años (desde el Triásico) sin sufrir variaciones en su forma.

Sus ejemplares se alimentan de plancton, larvas de insectos, gusanos y hasta renacuajos. También se puede dar el canibalismo hacia individuos que estén mudando ya que encuentran más débiles debido a este proceso.

Adaptado a la sequía

Su ciclo vital es muy rápido (un mes y medio de vida) y está perfectamente adaptado a la sequía. Los huevos enterrados en el lodo seco pueden resistir fuertes heladas durante el invierno y eclosionar en 2 ó 3 días con la humedad de las primeras lluvias, aunque es necesaria una temperatura mínima de 23 grados centígrados para ello. Si los machos escasean, algo que suele ser muy habitual, las hembras de triops cancriformis pueden reproducirse por partenogénesis sin la colaboración de estos. Los huevos pueden viajar en el barro que queda pegado a las patas de las aves que visitan sus charcas y de esta forma pueden extenderse por toda su área de distribución.

El estudio de las charcas y pequeños puntos de agua no ha sido abordado en profundidad en la Comunitat Valenciana hasta la reciente puesta en marcha del programa LIFE "Restauración de Hábitats Prioritarios para los Anfibios".

En este proyecto se está muestreando un gran número de puntos de agua como charcas, pozos y balsas y se está avanzando en el conocimiento de la biología de estos ecosistemas tan frágiles.

Además de este hallazgo y gracias al mencionado proyecto, se localizó la única población ibérica conocida de otro pequeño invertebrado, un crustáceo llamado Isaura mayeti, en otra charca de Alcublas.