?Los festivales taurinos han vuelto ha tintar de luto las jornadas festivas. Fernando Pérez, de 23 años y vecino de Algimia de Almonacid (Castelló), murió la madrugada del sábado después de ser sorprendido por un toro y golpearse contra las barrenas metálicas instaladas para la celebración de los actos taurinos en la localidad de Villarquemado, en Teruel.

El destino quiso que el muchacho llevara a su abuelo a su pueblo natal para que disfrutara de las fiestas en familia. Allí encontró la muerte de manera trágica. Se marchó a cenar con unos amigos y, terminada la velada, aún sentado en la mesa, vio a un primo suyo. Se levantó y fue a saludarlo, entrando en el recinto del toro. El morlaco, embolado, ya estaba suelto por las calles del barrio de la Virgen, pero el joven no se percató. Cuando se dio cuenta ya era tarde. El astado le arrolló y cayó al suelo golpeándose fuertemente en la cabeza. El joven sufrió un traumatismo craneoencefálico y fue trasladado en una UVI móvil al hospital Obispo Polanco de Teruel donde falleció a las 01:40 horas de ayer.

La muerte cerca del toro

Con esta muerte son cuatro los fallecidos en la Comunitat Valenciana o procedentes de esta autonomía. Con el del sábado son dos los vecinos de Castelló que han fallecido durante la celebración de los "bous al carrer", más un vecino de Avilés que falleció en las fiestas de Moncofa. El primero sucedió el pasado 30 de agosto cuando el propietario de la ganadería Pequeña Andalucía de la Vall d'Uixó, Ángel Luengo Martínez, fallecía después de permanecer varios días ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital General de Castelló tras sufrir una aparatosa cogida en las fiestas de Borriol. El astado Opresor le provocó una herida de 10 centímetros de profundidad afectándole al glúteo, la pierna y el costado, heridas de las que no se pudo recuperar.

Además, en las fiestas de Moncofa que tuvieron lugar este verano, un vecino de Avilés (Asturias) también fue herido de muerte en el "bou embolat" del 28 de julio. El suceso coincidió con el último acto taurino y en el último minuto cuando ya se estaba guardando al morlaco.

En el resto de la Comunitat también hubo que lamentar la muerte de un hombre de 42 años en Massamagrell que recibió una profunda cornada en el ano y posteriormente fue arrastrado y golpeado por el animal. El aficionado fue trasladado al Hospital Clínico rápidamente en estado muy grave, donde posteriormente murió. Según diversas fuentes, el herido ya había sido corneado hace dos años en los festejos de este municipio. Algunos asistentes explicaron a Levante-EMV que no guardó la suficiente distancia y el toro le alcanzó.

Fuera de la Comunitat ha habido cinco muertos. El primero fue el 30 de abril:un niño de 10 años fue arrollado por una vaquilla en Pinesque (Zaragoza). A principios de julio murió un joven de 27 años, vecino de Alcalá de Henares tras ser empitonado en el cuello por un toro en el cuarto encierro de los Sanfermines. Dos semanas después, Antonio Martínez de 65 años murió durante un encierro en Isso (Albacete), tras ser corneado en el cuello y la cabeza. El 15 de agosto, en las fiestas en Peñafiel (Valladolid), un hombre de 53 años falleció al recibir una cornada en el abdomen. Tres días después un joven de 16 años murió tras el encierro de Cabanillas.