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La compañía Baleària, tras "un 2008 para olvidar", navega de nuevo con el viento a favor. Su presidente, Adolfo Utor, ofreció el jueves, en un conocido restaurante de Dénia, una charla organizada por el Institut Ignasi Villalonga d'Economia i Empresa. El título ya daba pistas: "Baleària, emprendre per canviar". Y sí, como confirmó luego su presidente, esta naviera ha cambiado lo suyo. Tanto que los dos próximos ferrys que fletará se llamarán Alhucemas y Abel Matutes. Durante su conferencia, Utor recordó que el primer ferry de Baleària, el Manuel Azaña, lo adquirieron por 600 millones de las antiguas pesetas. "Buscamos dinero por toda Dénia. Fue el primer hito de la compañía", dijo. Poco antes, esta naviera había nacido de las "cenizas" de Flebasa Lines, "sociedad que estaba básicamente en la quiebra", recordó Utor.

El nombre de Manuel Azaña, como el de Federico García Lorca, el primer fast-ferry, denotan, claro está, un compromiso ideológico. El presidente de Baleària, en aquellos años, era un destacado dirigente del PSPV en Dénia, en la comarca y también en la Comunitat. Utor, en su conferencia del jueves, no ahondó en esa faceta política. Ante un público de unos 50 empresarios, políticos y algún que otro funcionario, a los que las puyas del presidente de Baleària debieron escocerle bastante, repasó toda la trayectoria de una compañía que "en 2004 adquirió dimensión al promover la fusión con la naviera de Abel Matutes".

Utor aseguró que el ex ministro de Asuntos Exteriores durante el primer gobierno del PP de José María Aznar "nos abrió el campo inmenso del crédito". Ese espaldarazo financiero alentó la expansión de Baleària y una aventura de internacionalización, con la adquisición de la Compañía Pública Marroquí del Ferry, que fue "una operación fallida". En 2008, "un año para olvidar", la naviera también "pagó la factura del frenesí vivido por la economía española".

"Una gran empresa"

Pero en el actual año, afirmó Adolfo Utor, ya se avista otro horizonte. La compañía cerrará el ejercicio con 215 millones de facturación, dos nuevos barcos en el astillero y un nuevo rumbo. "Queremos dejar de ser una empresa grande y convertirnos en una gran empresa", destacó el presidente de una naviera que cuenta con un millar de empleados y una flota operativa de 14 barcos.

Utor también subrayó como otro "hito" importante en Baleària la creación de su fundación. Dijo que la empresa debe caminar hacia la cohesión.

El presidente de esta naviera que, a su vez, lo es de la Asociación Naviera Española y forma parte de la directiva de la CEOE, abogó por reinvindicar "el espíritu y la energía del emprendedor". Criticó que la mayor parte de los jovenes estudiantes ambicionen ser funcionarios públicos y engrosar así una "administración brutal" que, según este empresario, ahoga la iniciativa.