La Casa dels Mora forma parte de ese catálogo de edificios históricos que están desfalleciendo en Xàtiva por falta de cuidado. Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio no han tenido otra salida que declarar la ruina inminente de un inmueble que resistió el paso de los pirómanos de Felipe V y que fue residencia de ricos burgueses y comerciantes hasta principios del siglo XX, pero que amenaza con desplomarse fruto del desinterés general por su supervivencia.

El destino del solar que emergerá tras la pronta demolición de otra "Casa Gran" del núcleo antiguo de Xàtiva que se viene abajo será el mismo que el de casos similares: acoger un edificio de nueva planta de 15 viviendas, bajos comerciales y trasteros. Eso sí, el constructor deberá reponer la cantonera de sillería de piedra, los azulejos y los forjados de los balcones, además de la canalización y la tablas de madera del alero de la cubierta. En la medida de lo posible, según la resolución de Patrimonio, también se deberá utilizar las tejas originales.

La Casa dels Mora, que ocupa los números 14 y 16 de la calle Trobat de Xàtiva, acogió durante años oficinas de notarios y otros oficios relacionados con la administración de bienes privados y públicos. De estos nuevos usos podría derivar que no conserve la estructura característica de los palacios de Xàtiva, como pueda ser el arco de piedra, la escalera noble, el patio o las soleras de barro cocido y azulejos, todo ello sustituido, probablemente, en los años 40 del siglo XX por una escalera anodina que llega a la segunda planta. Los pavimentos que se conservan son hidráulicos, de los años 20 y 40. La carpintería original interior y exterior ha desaparecido, según los informes.

Vivienda de ricos comerciantes

Por su ubicación en el núcleo comercial del casco antiguo y tener sus bajos transformados en locales locales, pocos habrán reparado en este imponente edificio, típico de las nuevas clases pudientes del siglo XVII. "Por su estructura y distribución, no parece que fuera una vivienda típica de un aristócrata, más bien de un burgués o de un comerciante", apuntan estudiosos preguntados por Levante-EMV.

Lo que sí se tiene documentado es que, en el siglo XVIII, fue la residencia de Gabriel Mora, uno de los más importantes comerciantes sederos de la ciudad, descendiente de una familia de Ontinyent establecida en Xàtiva en el siglo XVI, y de irlandeses afincados tras la Guerra de Sucesión.

Aunque la casona pudo ser construida con anterioridad, fue Mora el que realizó tras la quema de la ciudad por los borbones ciertas mejoras con las que embellecer la casa, como las balconadas de hierro forjado y los azulejos cerámicos de dichos balcones, decorados con motivos florales característicos del rococó (años 50-70 del XVIII).

Consta en los archivos que entre 1780 y 1835, esta familia dio diversos cargos públicos a la ciudad como diputados, regidores, alcaldes y un diputado de la efímera provincia de Xàtiva.

Los estudios del patrimonio histórico-artístico de Xàtiva comparten "con gran dolor" el criterio de los técnicos de Patrimonio: "El estado de conservación es de ruina insalvable. Presenta patologías graves, zonas hundidas y otras apuntaladas. Da miedo caminar por interior", remarcan los que han podido acceder.

La propiedad presentó el proyecto en 2008 y no ha obtenido respuesta de Patrimonio hasta hace unas semanas. En el informe que autoriza la demolición, además de obligar a la recuperación de distintos elementos de la fachada, también se impone la necesidad de que el color del mortero que se emplee se ajuste a la carta de colores aprobada por la conselleria. Una serie de precauciones que no evitarán la desaparición de otra antigua "Casa Gran" de Xàtiva.