Los profesores del instituto de Castalla, por unanimidad y con el apoyo incondicional de la AMPA, acordaron suspender las clases en el centro a primera hora de la tarde de ayer, al no poder garantizar la seguridad de la comunidad educativa por las reiteradas amenazas y agresiones de un alumno que está expulsado, pero que regresa. Anteayer, lo hizo acompañado de su madre y un profesor que trató de evitar su entrada fue agredido, por lo que se presentó una denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil.

La decisión fue adoptada el miércoles en asamblea por los profesores, al considerar colmado el vaso de un problema que se viene suscitando desde diciembre, cuando un alumno de 17 años se incorporó a un Programa de Cualificación Profesional Inicial. Este joven empezó de inmediato a resultar "muy conflictivo", según explicó el director, Juan Antonio Olmedo.

"Es una persona muy agresiva, con una falta de respeto absoluta hacia los profesores y que sufre ataques de ira, habiendo provocado incluso agresiones físicas a profesores y algún acto vandálico", agregó. Todo esto derivó en expedientes disciplinarios, que derivaron en varias expulsiones del centro. Sin embargo, el alumno ha regresado habitualmente, en ocasiones en compañía de sus padres, "que también han venido al centro en actitud violenta y agresiva".

El enésimo incidente se produjo el miércoles, cuando intentó entrar al centro junto a su madre, resultando agredido el profesor que trató de impedirlo, por lo que se presentó una denuncia ante la Guardia Civil. Con anterioridad ya se habían formulado otras dos denuncias: una genérica de la dirección y otra, de otro profesor, así como numerosas comunicaciones a la Policía Local y al ayuntamiento. Todo esto, resalta el director, ha generado profundo malestar entre los docentes, expecialmente con los más directamente implicados, de los que una está de baja.