Belisario Macia sufre Esclerosis Lateral Amiotrófica (enfermedad conocida como ELA) desde hace tres años. Al principio, sólo tenía ciertos problemas de movilidad en las piernas, pero la ELA es una enfermedad degenerativa que ha dejado a Belisario postrado todo el día en la cama o en un sillón. Ahora, este vecino de Cullera de 66 años de edad, sólo puede mover la cabeza.

Cada vez que Belisario debe acudir al hospital sufre un auténtico calvario. En teoría, una ambulancia individual y adaptada con rampa debería acudir a su domicilio para transportarlo a su cita con el médico, pero su mujer, Andrea Fernández, cuenta que nunca ha sido así. "Nos dan muy pocas facilidades, es una pelea cada vez que tenemos que ir al hospital", dice Andrea, quien cuenta que la primera vez que solicitaron el servicio de la ambulancia para ir hasta el Hospital Clínico Universitario de Valencia les enviaron una ambulancia colectiva. "Mandaron una ambulancia común que va recogiendo y dejando enfermos por todos los pueblos hasta llegar a Valencia. Mi marido no va tan bien sujeto como en una individual y se movía de un lado a otro".

Este matrimonio de Cullera tardó más de tres horas en llegar a Valencia. "Mi marido estaba ya blanco de tanta vuelta", dice Andrea, quien se lamenta porque llegaron tarde a la cita con el médico y Belisario no pudo hacerse algunas pruebas. Además, este enfermo de ELA, debía realizarse pruebas de respiración y resistencia y el largo viaje le dejó casi sin fuerzas.

A partir de entonces Belisario y Andrea han tenido que gastarse 200 euros en un taxi adaptado cada vez que acuden a Valencia para no tener que pasar por lo mismo (el taxi viene desde Gandia porque en Cullera no hay). Pero la economía de este matrimonio ya no aguanta más esta situación. Desde hace tres años acuden cada cuatro o cinco meses al Hospital Clínico y en estos últimos meses se han gastado 600 euros porque los viajes han sido más frecuentes. En total, estos últimos años el matrimonio calcula que puede haberse gastado cerca de 1.600 euros.

Belisario también acude cada cuatro o cinco meses al Hospital de la Ribera para su cita con el neurólogo. Según Andrea, la ambulancia que les mandan también es colectiva y efectúa diversas paradas antes de llegar a Alzira. "En este caso no nos importa porque está más cerca y se puede soportar, además las pruebas que se hace mi marido en Alzira no son físicas", pero cuando tienen que ir a Valencia es diferente.