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La muerte rondó ayer un piso de la calle Hernández Lázaro de Albal. Dos niños de dos y tres años estaban solos en un sexto piso cuando se originó un incendio dentro del inmueble. Cuando se encontraban atrapados por el humo, sin posibilidades de escapar del fuego y con uno de ellos ya desvanecido en la entrada, el milagro se hizo realidad. En un piso inferior se encontraba unos cerrajeros abriendo una puerta.

Estos tres hombres rápidamente dejaron su faena para abrir una puerta mucho más importante, la que daba acceso a la vivienda donde los dos niños permanecían atrapados. Con un martillo rompieron la cerradura y dos de ellos entraron, arriesgando su vida, para sacar a los pequeños. Uno de ellos, el de dos años, estaba inconsciente tendido en el pasillo nada más entrar, el otro, de tres años, estaba cerca de la habitación donde se originó el fuego.

Los dos niños estaban solos en la casa. Al parecer, el tío de uno de ellos había salido a recoger chatarra y éstos se quedaron a solas en el inmueble. Se sospecha que fue precisamente uno de ellos quien provocó el incendio de forma accidental al jugar con un mechero.