Cuando el presidente de la Generalitat daba "gracias a Dios" el lunes por tener un gobierno valenciano no era todo lo buen cristiano que se desprende de esas manifestaciones. Al mismo tiempo, estaba faltando a la verdad. Y es que la balsa de 220.000 metros cúbicos inaugurada en Albaida para almacenar agua tratada procedente de la depuradora -una iniciativa "pionera", dijeron-, en realidad lo que hace es hurtarla al río Albaida. Es más, pese a los casi dos millones y medio de euros invertidos por la Generalitat en esa obra, la canalización que debía conectar la depuradora con la balsa todavía no existe, como reveló ayer la Coordinadora Ecologista de la Vall d'Albaida, CEVA.

El presidente de la Sociedad Agraria de Transformación Vall del Remei beneficiaria de la balsa, José Durá, admitió ayer que la conexión no existe. Es más, dijo: "la balsa no tenía que estar ahora, tenía que estar dentro de un año cuando ya se pueda coger el agua de la depuradora. ¿Que lo han acelerado todo para que se inaugure ahora? Yo ahí no entro, ellos sabrán. Ya hace seis meses que están insistiendo [el gobierno local del PP] en que hay que inaugurarlaÉ", protestó. El presidente de los regantes señaló que, al menos, tienen permiso de la confederación para captar el agua del río. "La balsa se llenará 100% con agua de la depuradora, eso es seguro. Pero ahora, desde luego que no es así", admitió.

La Conselleria de Medio Ambiente no tardó ayer en tratar de contrarrestar las revelaciones de la CEVA. La conselleria de Juan Cotino remitió a los medios una resolución de la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Gobierno central, en la que se da "autorización coyuntural y temporal a la comunidad de Regantes [É] a captar las aguas del río Albaida [É] en tanto en cuanto esté listo el proyecto definitivo de toma directa de la Estación Depuradora de Aguas Residuales". Es decir, que la nueva depuradora no nutre la balsa y que no se sabe todavía cuándo lo hará.