Casi nada ha cambiado en la playa Santa Elvira-Torreta desde que hace seis meses un temporal arrasó este pedazo de litoral en el Puig. No hay arena, todo son pequeñas piedras y grava, y los espigones artificiales presentan un aspecto desastrado. La carretera que da acceso a esta playa, responsabilidad de la Demarcación de Costas del Estado, ha quedado sepultada bajo la tierra arrastrada por el agua, y el ayuntamiento está acondicionando una carretera rural de su propiedad que servirá como vía alternativa de los bañistas y vecinos que quieran llegar hasta allí.

La de Santa Elvira-Torreta, situada junto a la urbanización El Progreso, nunca ha sido una playa de arena fina, pero ha mantenido siempre un público fiel que agradece su tranquilidad y su falta de aglomeraciones en verano. Desde hace años, el mar se ha ido tragando la franja de tierra de esta playa, hasta el punto de que, tal como señalaba ayer una empleada municipal, se puede ver emergiendo del agua el techo de un antiguo refugio de la Guerra Civil que fue construido sobre suelo firme. Pero los temporales del invierno pasado han hecho que ahora, cuando está a punto de comenzar el verano, sea casi imposible acceder a esta playa. La pequeña carretera que la separa de los apartamentos, y que conecta esta zona con la urbanización Plans Mar, prácticamente ha desaparecido, y una barrera y una señal de prohibido pasar advierten de que el camino está cortado.

Según indicaron ayer trabajadores de mantenimiento del consistorio, está así desde las primeras semanas del año, aunque algunos conductores aún se atreven a adentrarse con sus vehículos, a riesgo de dejarse los bajos del coche en el camino. El ayuntamiento ha decidido iniciar el acondicionamiento una carretera rural que rodea las huertas situadas tras esta zona de litoral para poder facilitar tanto la conexión entre las playas como el acceso directo a la de Santa Elvira-Torreta.