El nuevo Plan General de Xàbia, que todavía está en una fase muy inicial de su redacción (el pleno aprobó el lunes el documento consultivo), tiene, en lo que se refiere al urbanismo en los acantilados, propósito de enmienda. En los últimos años, a fuerza de desprendimientos, ha quedado claro que vivir en chalés colgados de los precipicios entraña sus riesgos. El pasado invierno un desprendimiento en el Cap Negre se llevó la terraza y parte de la piscina de una vivienda que ahora ha quedado a centímetros del vacío.

El documento consultivo del PGOU señala como "problemática medioambiental" específica de Xàbia la del peligro de desprendimientos. "En fases posteriores del desarrollo del PGOU, se clasificará como suelo no urbanizable de especial protección las zonas en las que exista riesgo de desprendimiento", indica el documento que el ayuntamiento ya ha remitido a la conselleria.

Los desprendimientos que han afectado a parcelas de viviendas también se han producido en la Barraca o en la Caleta del Port. El litoral sur de Xàbia, que es el más escarpado, sufre de forma más acusada la erosión. También en este tramo costero es donde se han construido decenas de chalés en acantilados del Cap de la Nau o Ambolo.

El documento consultivo prevé además reducir el suelo urbanizable en general. Mientras, el suelo no urbanizable aumenta a 37,3 millones de metros cuadrados.